Fran Keat era un corredor de carreras de caballos cuando joven. No sólo los criaba y cuidaba, él era un verdadero amante de caballos. Frank llevaba una vida muy sana y feliz junto a sus amigos equinos.

Tristemente, Frank Keat de 80 años enfermó de cáncer y tuvo que ser internado de urgencias en el Hospital Comunitario Bodmin en Inglaterra, para pasar sus últimos meses de vida.

Lo que más le dolió a Frank fue no poder despedirse de sus caballos.

Frank Keat

Frank comenzó trabajando en los establos cuando era un adolescente. Los años y la experiencia le permitieron convertirse en criador de caballos y juez de competencias ecuestres.

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Durante su vida fue responsable del cuidado de miles de caballos, quienes fueron sus grandes amigos todos esos años.

De joven como jinete

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Como la salud de Frank era demasiado delicada para abandonar el hospital, los funcionarios decidieron darle una última sorpresa. Conscientes de su amor por los caballos, ellos le organizaron un último encuentro con sus amigos de cuatro patas. Todos querían que Frank volviera a sonreír. 

Las enfermeras llamaron al hijo de Fran para que ayudará con la preparación y decidieron llevarle a su caballo favorito, un pura sangre de 5 años de edad, llamado Morn.

Morn fue llevado al patio del hospital, donde pudo dar a Frank un último adiós.

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Puedo decir honestamente que este es el día más memorable de mi carrera. La emoción fue abrumadora y no había un ojo seco en la sala”, dijo al respecto del encuentro la enfermera Samantha Russell.

Frank, murió 3 días después, pero afortunadamente pudo disfrutar de un maravilloso regalo: la compañía de su caballo y, al mismo tiempo, se despidió de su campo.

El funeral de Frank se realizará el 7 de noviembre y estará presente el caballo Morn.

Por Margarita Lira
Fotos: telegraph.co.uk