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Cortesía Noticieros Televisa

El viernes pasado (31 de marzo) los mexicanos que vivimos en la Ciudad de México despertamos con una noticia trágica: 4 personas perdieron la vida en un horrible accidente ocurrido en una de las principales avenidas de la ciudad. Y la culpa la tuvo, entre muchas otras malas decisiones, el exceso de alcohol.

Aunque en este país la nota roja está a la orden del día, pocas veces se ven accidentes tan aparatosos como éste, en el que se ven involucrados factores que nos obligan a pensar en valores familiares, la forma en la que estamos educando a nuestros hijos y hasta la forma en que tomamos decisiones todos los días.

Carlos, el conductor, sobrevivió gracias a la fabulosa bolsa de aire de su BMV que venía manejando a 185 km/hr en una avenida en la que no puedes subir de 60. Claro… con muchas copas encima.

A su lado estaba Luis Fernando, su amigo, y en la parte de atrás venían 3 personas desconocidas para ellos hasta esa noche, en la que decidieron los 5 subirse juntos a un auto, a pesar de saber que ninguno estaba en condiciones de manejar.

Accidente Reforma 2017

Los cuerpos de Karla, Ivonne, Carlos Roberto y Luis Fernando quedaron regados por la acera, en una escena tan espantosa que ni en una película de Tarantino la verías.

Carlos sobrevivió… aunque no creemos que lo que vaya a tener estos años pueda calificarse de vida.

La ciudad entera se sacudió con la noticia, agradecidos unos de que no fueran nuestros hijos, preocupados todos de las horribles consecuencias del exceso de alcohol y después, como en cada tema importante que surge en México, divididos en opiniones.

Reforma México

Los medios difundieron videos, los curiosos se acercaron a la esquina en Reforma para ver la escena del crimen, y poco a poco todos fuimos formándonos una opinión sobre los hechos, pero sobre todo, nos formamos una opinión sobre esas 5 personas que tomaron una muy estúpida decisión que le costó la vida a 4 de ellos.

Surgieron palabras como homicidio, asesino, junior, hijo de papi, mirrey y demás adjetivos para describir a Carlos. Y cada una de estas palabras es más un reflejo de nosotros como sociedad que del mismo Carlos (sin eximirlo de culpa alguna).

Luego toca el turno a las mujeres, y entonces sí que se pone peor. Porque no sólo son tachadas de irresponsables y tontas (sin eximirlas tampoco, porque ese jueves sí lo fueron), encima nos tomamos el derecho de juzgar los motivos por los que Ivonne y Karla iban en el coche de unos supuestos desconocidos. Y no salimos bien paradas.

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La sociedad mexicana tiene sus valores puestos en lugares muy injustos. En una reflexión publicada en el periódico Excélsior  se expone la desinformación con la que los medios hablaron de estas chicas, presentándole a los mexicanos una versión que  no es del todo correcta, pero que nos hace pensar, nuevamente, en que las mujeres seguimos siendo castigadas por el simple hecho de ser mujeres.

Los comentarios en redes sociales y en las mismas notas de los periódicos atacan a Karla y a Ivonne con  adjetivos que no deberían ser utilizados para describir a ninguna persona, mucho menos una persona que no está aquí para defenderse, pero sobre todo, adjetivos que no se están usando para hablar de los hombres que iban en ese coche.

El hecho de ser mujeres las puso en desventaja ante el juicio de todo un país: por estar fuera de su casa a altas horas de la noche, por confiar en quién no conocían, por haberse tomado 2 copas. Porque en México las mujeres no tenemos aún el derecho de salir a divertirnos.

Y tampoco se trata de hacerlas víctimas… porque ellas son tan víctimas como los 2 chicos que perdieron la vida ese día y a la vez, ninguno es víctima. Si decides subirte a un auto conducido por alguien borracho, estás firmando tu sentencia de muerte. Y este accidente nos lo recordó de la manera más cruda.

Lo triste es que, dentro de una tragedia tan fuerte como esta, a las mujeres nos siga yendo peor, simplemente porque somos mujeres.