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¡Que rico es abrazarse! Pero quizás nunca pensaste que recibir muchos abrazos en la infancia activan la química cerebral de la calma, el bienestar y la alegría, aun a largo plazo. Por eso veremos los beneficios de los abrazos en los niños, que se mantendrán cuando sean adultos.

Beneficios de los abrazos

Tu hijo juega, se divierte, se cansa con otros niños. De repente se acerca a ti, te abraza un momento y vuelve a jugar. Lo que acaba de hacer es “reabastecimiento emocional” y sirve para crear un equilibrio químico en su cerebro.

Nuestro cuerpo y nuestro cerebro secretan diversas hormonas. Algunas nos hacen sentir bien y en calma y otras no tanto. Y los abrazos estimulan la secreción de esas que nos hacen sentir en calma.

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Paraíso hormonal

Uno de los beneficios de los abrazos es que estimulan los opioides y la oxitocina. Cuando predominan estas sustancias en el cerebro el mundo se convierte en un lugar acogedor y cálido. Se produce una profunda sensación de calma y satisfacción. Si los niños reciben mucho afecto, demostrado también con abrazos, conocerán la presencia de estas sustancias en su cerebro. Por lo tanto serán niños seguros, amados y tranquilos. Será más capaz de disfrutar del momento, saborear las cosas  y seguir adelante sin aferrarse.

Si la presencia de opioides y oxitocina es regular enfrentará al mundo sin miedo. De hecho se plantará mejor frente a los problemas de la vida que no podemos evitar.

Infierno hormonal

Lamentablemente no todas nuestras hormonas nos hacen sentir tan bien. Si un niño está expuesto a un estilo de crianza estricto, puede experimentar miedo y rabia. Cuando en la infancia se está rodeado de gritos, críticas, órdenes y expresiones iracundas, la secreción de oxitocina y opioides puede bloquearse.

El cuerpo y el cerebro se acostumbran a altos niveles de cortisol, adrenalina y noradrenalina, que se producen en momentos de estrés. Esto da un niño que se siente amenazado e inseguro en todo momento.

Esto afecta también a largo plazo. Lo que recibimos en la infancia podría determinarnos en la adultez. Por eso, si un niño tiene altos niveles de cortisol, adrenalina y noradrenalina, será más fácil que los tenga también de adulto, considerando el mundo un lugar más hostil y estresante.

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El contacto físico libera oxitocina, la hormona de la calma, el amor y la sanación

La oxitocina no podemos inyectarla o tomarla en una pastilla. Pero sí podemos activar nuestro cerebro para que la libere. ¿Cómo? ¡Con el contacto humano! Por eso si queremos que los niños sean capaces de sentirse seguros y tranquilos en el mundo debemos darle contacto físico. Por medio de los abrazos, darles consuelo cuando lo necesitan y sobretodo quererlos, pero demostrarlo. El beneficio de los abrazos es indudable, pero también puede ser con mimos, masajes, dormirlos en los brazos.

Y para que todo funcione los padres deben estar relajados y controlar el ánimo. De esta manera se secretarán las hormonas beneficiosas. Si estás tensa o estresada junto a tu hijo, le transmitirás esas sensaciones. Y no pienses solo en tu hijo bebé, los mayores también necesitan de este cariño. Mímalos hasta la adolescencia y su relación será mejor.

¿Estás dando suficientes abrazos a tus hijos?

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Fuente: Terra Mater.