You are currently viewing Todo lo que necesitas saber sobre el cáncer de tiroides

Cuando alguien menciona la palabra “cáncer” rápidamente la asociamos con una tragedia, pero eso no tiene por qué ser así. La mayoría de los cánceres de tiroides son curables, así que si lo padeces o conoces a alguien que lo tenga necesitas leer esto.

La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se localiza en la línea media del cuello, aproximadamente a mitad de camino entre la nuez de Adán y el esternón.

Produce dos hormonas principales: la tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3.

El Dr. Morris III, experto en Endocrinología, explica que las hormonas tiroideas tienen repercusiones en muchas células del cuerpo. Por ejemplo, mantienen la velocidad en la que se asimilan las grasas y los carbohidratos, ayudan a controlar la temperatura corporal, regulan la cantidad de calcio en la sangre, afectan el funcionamiento del sistema nervioso e influyen sobre la frecuencia cardíaca.

El tratamiento

Este tipo de cáncer no es común, pero cuando se descubre es curable en la mayoría de los casos. El primer paso del tratamiento suele ser la tiroidectomía, es decir, la extirpación de la tiroides o de una parte de la misma.

Si se sospecha que el cáncer se ha diseminado fuera de la glándula, el cirujano puede también extraer los ganglios linfáticos cercanos. Luego, se revisa la presencia de células cancerosas en esos ganglios linfáticos. Un examen ecográfico del cuello realizado antes de la cirugía puede ayudar a los médicos a determinar si es necesario extirparlos.

Cuando el cáncer se descubre en las primeras etapas y es de tamaño muy pequeño, posiblemente solo sea necesario extirpar un lado o lóbulo de la tiroides y dejar el resto en su sitio. En ese caso, la glándula todavía podrá funcionar y producir hormonas.

Incluso, si se encuentra confinado y mide menos de un centímetro, se podría evitar la cirugía. Probablemente se indicaría vigilancia y exámenes periódicos.

Cuando se extirpa toda la glándula, es necesario administrar terapia hormonal durante el resto de la vida, para reemplazar a las que produce el organismo de manera natural y regular el metabolismo corporal. Además, el medicamento también suprime la producción de la hormona estimulante de la tiroides, o TSH, por parte de la glándula pituitaria. Eso ayuda porque existe la probabilidad de que la TSH en niveles altos pueda fomentar el crecimiento de cualquier célula cancerosa restante.

Etapas avanzadas

Cuando se descubre en sus últimas etapas y si es un tipo más agresivo de cáncer, o si reapareció después de un tratamiento anterior, se puede recomendar la terapia con yodo radioactivo después de la extirpación de la glándula.

El yodo radioactivo viene en cápsula o en líquido para tragar. La terapia funciona porque las células tiroideas absorben naturalmente el yodo, de manera que cuando el medicamento es absorbido por ellas o el carcinoma tiroideo, la radioactividad destruye esas células.

Debido a que la glándula es el principal lugar de absorción del yodo en el cuerpo, este tratamiento conlleva poco riesgo de dañar otras células. Después, el yodo radioactivo sale del cuerpo a través de la orina.

Cuando el cáncer de la tiroides no se cura con la combinación de cirugía y terapia con yodo radioactivo, entonces puede requerirse quimioterapia, radioterapia externa u otro tratamiento.

Afortunadamente, la cirugía cura la mayoría de los casos de cáncer de la tiroides y el pronóstico a largo plazo después del procedimiento es excelente.

Con información de Mayo Clinic.