Escuchaba el disco limón y sal de Julieta Venegas, la canción a donde sea y algo hizo que prestara más atención a las primeras estrofas:
“Tengo una cita pendiente con mi soledad
para ver quién soy cuando nadie está mirando
Tengo una cita pendiente con la mujer que soy
no la que fui hace tanto y la que ven los demás…”
Y entonces me pregunté, ¿hace cuánto no tengo una cita conmigo misma? Muchas veces buscamos modelos afuera, o admiramos a alguien por sus características, formas de vida, experiencias o logros, pero ¿por qué tener ídolos fuera de ti?, que pasa ¿si tú quieres ser tu propia ídola?
¡¡Eso es!! Ser tu propia ídola es simplemente decidir serlo, sentir orgullo de ti misma y alegría por tus propias experiencias de vida y proponerte metas claras, concretas y “cumplibles”.
Alguien muy especial me dijo una vez “ten cuidado con los sueños, porque los sueños se cumplen” y tiene toda la razón, los sueños no tienen sentido si se quedan flotando en la mente, si pasa y pasa el tiempo y siguen siendo sueños… El sueño más hermoso es aquel que se vive en el día a día, es aquel que puedes saborear, sentir y disfrutar.
Muchas veces te dejas consumir por la rutina, las responsabilidades, las obligaciones y sin notarlo te comienzas a abandonar… ¿Hace cuánto tiempo no escuchas tu disco favorito? ¿Cuándo fue la última vez que caminaste junto a un helado? ¿Te has regalado un día de spa?
¿Hace cuánto no te das un par de horas 200% sólo para ti? ¿Cuándo leíste aquel libro o viste esa película que te encanta?
Inconscientemente hay momentos en que se vive para los demás, te vistes pensando en que verán los demás en ti, te comportas en base a conductas que desde fuera de ti alguien normo y se muestran como las correctas y las normales… y sin querer muchas de tus rutinas tienen una carga de complacencia hacia los demás y en ese sentido, ¿Dónde quedas tú? ¿Dónde está el moverte en base a lo que a ti te gusta? ¿Cómo y dónde te sientes bien? Si estás sola ¿No te arreglas ni te pones aquella ropa que te hace sentir linda?
Por lo mismo, tener citas contigo misma puede ser un mundo fascinante, te das tiempo para escucharte y saber con certeza que quieres o al menos que no quieres en tu vida. En que márgenes y que energías te mueven, que mujer eres realmente, cuáles son tus miedos, tus fantasías, tus proyecciones, tus cambios, tus sentimientos.
Muchas veces he escuchado la frase “Un hombre, (o una mujer, añadiría yo) para ser completo, ha de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.” Es un antiguo proverbio de la cultura milenaria oriental que implica dejar una profunda huella en la tierra y no haber pasado inútilmente por ella.
Y si tu no quieres plantar ese árbol ni escribir ningún libro, ¿No dejas huella? Yo creo que le punto es otro, la pregunta es ¿Cuál es tu huella?
Mirarse, admirarse, redescubrirse, atreverse a aquello que quizás has pospuesto por diversos motivos, sentir una profunda admiración por la gran mujer que eres, es un proceso muy intenso, muy privado, muy mágico y de una belleza difícil de plasmar por escrito. Pero sin duda, una experiencia en donde simplemente el objetivo es darse a oportunidad de sentirlo.
Vuelve a ti, reconócete y mira por donde van tus propias huellas. Hoy es el futuro de ayer y ayer no lo sabíamos, por eso haz que tu hoy siempre tenga algo que te lleve a ser tu propia ídola.
@Caro_TapiaV
