Celebrando un aniversario romántico en un Hotel al borde del mar, lloraba yo con una jaqueca de antología del estrés acumulado, porque de las pocas voluntarias que teníamos, no dábamos abasto para hacer todas las tareas de Garras y Patas (Fundación de rescate animal) y yo en medio de mi trabajo de oficina hacía malabares.
Estaba agotada, frustrada y quería renunciar a mí Fundación. No renuncié, porque si han visto –El secreto de sus ojos- sabrán que uno puede renunciar a todo, menos a su pasión y Garras y Patas es la mía.
Cuando tenía 5 años, mis papás llegaron a la casa con un delicioso y garrapatoso cachorrito de la calle, fue nuestro primer rescate como familia. 20 años y más de 300 rescates después decidimos crear una fundación para hacer realidad el sueño de darle una segunda oportunidad a ese perro bajo la lluvia que no nos deja ser felices.
En un inicio, todo lo financiaban mis papás y rescatábamos y dábamos en adopción unos 20 perros y gatos al año. Hoy son más de 550. Cuando llegué a la Universidad, me pareció que era hora de buscar financiamiento propio, mi hermana y amigas me ayudaban. Inventamos rifas, ventas de bodega y las famosas “Fiestas de los Perros” donde todos podían tomar, bailar y enamorarse en favor de una buena causa, en el patio de mi casa. Incontables personalidades de Pío Nono, Beaucheff, República y otros asistieron a estos singulares eventos.
Cuando comenzamos a establecer objetivos claros, dividir las tareas y a pensar en tener recursos para casos futuros, fue el primer paso para ser lo que somos hoy, comenzó la gestión. Desde ahí no hemos parado. Nos ponemos metas siempre más altas, soñamos sin límites y queremos mejorar a cada paso. Somos capaces de romper los moldes, porque las nuevas soluciones no se logran haciendo las cosas como se han hecho siempre, se logran proponiendo nuevas formas, arriesgando, experimentando. La ambición, la creatividad y el sentido del humor ha sido siempre nuestro sello.
Esta es mi pasión, no solo porque salvamos vidas, si no principalmente porque llena la mía, me permite idear, crear, soñar y eso hacemos todos los días, en un equipo donde el cielo es el límite.
Ver tus ideas concretarse, ser reconocidos y rescatar cada día más mascotas, es un orgullo constante y Cristina nos dirá que 400 golpes contra la pared fueron suficientes para aprender y en el caso de los emprendedores, es así, es un camino difícil, lleno de desafíos y más de una vez te sentarás a llorar en el momento más inoportuno, pero es necesario perseverar para construir el mundo en el que queremos vivir.
En Garras y Patas somos una gran familia unidas por la maravillosa labor de salvar vidas peludas y yo nunca me he sentido más en casa.
No te pierdas todos los viernes las columnas sobre animales – en todas sus aristas – de Catalina Moreno, Fundadora y Presidenta de Garras y Patas.
Si te animas a aportar tu granito de arena en esta causa, puedes hacerlo adoptando, siendo hogar temporal, socio, hacer traslados y muchas otras formas. Son muchos los perritos sin hogar que te necesitan, puedes verlos a través de las redes sociales de Garras y Patas Instagram, Facebook y Twitter y así enterarte de todas las novedades.
Catalina Moreno Orellana
Abogada
Fundadora y Presidenta de Garras y Patas
