Como muchos saben, algunas bacterias evolucionan y se vuelven resistentes a los antibióticos. Sin embargo, en la naturaleza existen alternativas que siempre debemos tomar en cuenta:
El ajo, por ejemplo, tiene muchas propiedades antimicrobianas. Hay estudios que aseguran que el ajo ayuda a una mejor recuperación de las enfermedades.
El eucalipto es rico en sustancias antivirales y antibióticas que sirven para el tratamiento de distintas infecciones respiratorias.
El aloe tiene aproximadamente 70 activos que incluyen antimicóticos, antibacteriales y antiinflamatorios, por lo cual es útil para el tratamiento las infecciones bacteriana u hongos en la piel.
El jengibre tiene propiedades que combaten las bacterias y los hongos, y sirven para los problemas estomacales.
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La miel posee una proteína llamada denfensina, que combate hongos, virus y bacterias, y combate distintas infecciones.
Si bien, las bacterias han ido evolucionando con el paso del tiempo, la naturaleza todavía sigue firme en su batalla para protegernos y es bueno conocer para qué nos sirve cada alimento. Incluso pueden complementar tratamientos médicos.