Si consideras que la soledad es algo negativo, algo a lo que constantemente tratas de huirle o consideras que puede ser un grave problema para ti y por ende dejas pasar muchas cosas que no son precisamente saludables para tu salud física o emocional solo para tener compañía, mira a continuación algunas claves que te ayudarán a perderle el miedo y sacarle el mayor provecho al tiempo que pasas a solas.
1.- Fortalecimiento de tu personalidad: cuando estás sola te permites pensar desde tu propio punto de vista, lo que a veces se pierde cuando estamos constantemente preguntando por la opinión de la persona que tenemos al lado. Lo que hace única a cada persona es su personalidad y la autenticidad. Si no te das el tiempo para fortalecerla, ésta eventualmente irá cediendo para amoldarse a personalidades más fuertes.
Si hay aspectos que no te agradan de tu personalidad, puedes cambiarlos, pero para poder llegar a esa conclusión es necesario que reflexiones acerca de los cambios que deseas hacer y cuáles son los pasos necesarios para lograrlo. Cuando estás constantemente rodeado de otras personas y no te permites tiempo a solas, eventualmente tu propia personalidad empieza a diluirse si no eres lo suficientemente fuerte.
2.- Independencia: al tener momentos de soledad, te recuerdas a ti misma que tienes todo lo necesario para lograr aquello que necesitas. Por supuesto que el trabajo en equipo también es algo bueno y la autosuficiencia no es un estilo de vida particularmente recomendable en todos los sentidos, pero el hecho de saber que eliges trabajar/compartir con las personas por gusto y no por necesidad te da un empoderamiento bastante positivo.
3.- Conocerte: si estás siempre acompañada de alguien más, es difícil tener tiempo para la reflexión y conocerte mejor a ti misma. Así como te moldea la compañía, la soledad también lo hace. Por esa razón no puedes verlo como algo negativo, los momentos de soledad son excelentes para darte un respiro y apropiarte de tu espacio, el cual todos necesitamos por nuestro propio bien.
4.- Desarrollar tu máximo potencial: cuando no tienes personas a tu alrededor siendo una distracción puedes aprovechar el momento para apretar tus tornillos y lograr una mayor productividad no solamente en tu vida laboral sino en aquellas cosas que tenías pendiente.
No necesitas de alguien más para dar lo mejor de ti, una vez que aprendes a sacarlo por ti mismo, las compañías van a ser complementos de algo que ya es realmente bueno y no “la pieza faltante” porque a ti no te falta nada.
Una característica que tienen en común las personas que tienen miedo a la soledad es la poca confianza en sí mismos, para fortalecer este aspecto de ti misma, échale un vistazo a este listado de libros acerca de la autoestima.
5.- Hacer lo que deseas: este punto es uno de mis favoritos. Normalmente cuando le cuento a las personas que fui al cine o al teatro sola, se quedan mirando como “estás loca”, pero la verdad es que yo me caigo muy bien y me gusta pasar tiempo conmigo.
Este tiempo no solo sirve para los puntos anteriormente descritos, sino también para consentirte haciendo las cosas que a ti te agradan y que quizá no tienes en común con más nadie.
6.- Para crecer: el tiempo a solas normalmente rinde más porque no debes compartir tu atención con otros, esto hace que tengas más oportunidades de aprender cosas que habías dejado de lado. Puede ser un nuevo idioma, dedicar tiempo a ver tutoriales de YouTube acerca de temas que te interesan, tomar un curso a distancia afín a tu carrera universitaria, invertir ese tiempo buscando maneras de diversificar tus ingresos, entre muchos otros.
Recuerda que no necesitas de alguien para ser feliz. Las temporadas que pases sola puedes verlas como un regalo para desarrollar todos los puntos anteriores. Cuando eres feliz contigo mismo, esa energía positiva la podrás llevar a las relaciones de pareja o amistad en las que te embarques.
Lo principal en lo que debes enfocarte es en el hecho de evitar ver la compañía como un requisito imprescindible para tener un estado de ánimo en el cual te sientas contenta.
Por: Edith Gómez
Editora – gananci.com
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