You are currently viewing El auto juicio: La voz crítica detrás de las redes sociales

Si pudieras contabilizar, cuantas veces al día te miras al espejo, cuál seria tu número? Te has preguntado la razón fundamental de porqué lo hacemos? Este que es un acto de vida cotidiana, pasa desapercibido junto con sus efectos sobre la conversación que sostenemos a diario con la voz crítica que hemos desarrollado.

Mas allá de ver el reflejo objetivo de ‘cómo me siento’; nos paramos frente a un espejo preguntándonos como podríamos estar siendo vistos ante los ojos de quienes nos rodean. Ahora bien, esta interrogante estoy segura que no te asombra, pues ahora más que nunca jugamos el papel de jueces cada vez que dedicamos unos minutos a explorar que ha sido colgado en las redes sociales.

Un “me gusta” o “like”, se ha convertido en la moneda de canje, participando activamente de un inmenso espejo, que desata conversaciones tanto internas como externas, que estamos descuidando. Este gran espejo lleno de múltiples reflejos, nos hace cada vez mas difícil identificar lo que es real de lo que es actuado, tanto así que a quienes vemos y seguimos, sentimos que conocemos personalmente.

Estamos creando una brutal cultura de auto-comparación que no existía previamente. No sólo eso, sino que nos medimos frente a imágenes falsas, tan alteradas como las de las modelos con Photoshop. Podemos considerar ejemplos sencillos cuya intención inicial parece positiva en nuestras vidas, hasta que se convierte en un punto tóxico de comparación.

Tomemos el fitness, ya que es simplemente imposible desplazarse a través de las cuentas de redes sociales sin ver una foto de alguien que está compartiendo su régimen de ejercicio. Con frecuencia escuchamos (si no hemos sido nosotras mismas) comentarios que esos posts desatan, tales como: Por qué no estoy tan motivada a mejorar mi cuerpo como lo está esta persona? Con qué tiempo puedo dedicarme yo estar así? Tendría que nacer de nuevo para verme como ella!

Otro caso que veo con curiosidad es el giro que ha tenido la práctica de yoga gracias a las redes sociales, ya que fuera de estar conservando su esencia, se ha desplazado hacia una industria de fuerte marketing de ropa deportiva, escenarios exóticos, retiros y certificaciones, fotografía, rock-star yogis y sus estilos de vida; dejando atrás el propósito de su ancestral creación como disciplina de conexión corporal-espiritual.

De la misma manera podríamos analizar las cuentas que nos hablan de dietas, madres y parejas perfectas, las casas impecablemente decoradas y cualquier otro tema que nos lleva a cuestionarnos el valor de quién somos y el esfuerzo que hacemos por mantenernos en el ring de boxeo, frente a un contrincante que muy delicadamente, siempre gana la batalla frente a nuestro valor personal.

Si algo he descubierto en las conversaciones con mis clientes, tanto en las que se sienten disminuidas por su constante comparación con lo que ven afuera; como quienes trabajan arduamente en vendernos la idea de lo “fácil” que es verse perfecta; es que en ninguno de los dos casos la carrera tiene un fin. La primera, se ve invadida por su autocrítica, por el espejo en el que se ha convertido su teléfono móvil, a través del cual se ve minimizada cada segundo de su interacción. La segunda, busca maneras de mostrarse “real” pero perfecta, buscando ser admirada pero también ser amiga, comparándose siempre con quien le lleva un poco más de ventaja en seguidores o patrocinantes. Como ves, ninguno de los dos casos da como resultado un sentido de bienestar ni satisfacción personal, pues la meta por alcanzar es indivisible e infinita.

Como resultado de todo esto, nuestra autocrítica se ha hecho más poderosa, principalmente porque la alimentamos tóxicamente, a diario. Por eso hoy te invito a un detox, pero el de este articulo no requiere jugos verdes, proteínas orgánicas, condimentos de India, ayunos, ni 200 hrs. de yoga en las costas de México; éste solo pide un papel, lápiz y 10 minutos de tu día.

Retírate en silencio de tu teléfono móvil, de los podcasts, webinars y toda la información externa que te rodea. Ahora haz un inventario de los esfuerzos, decisiones e inversión de energía que has puesto en los últimos 5 días por dar lo mejor de ti, por llegar a tiempo, por tener tu casa y mente en orden, por apoyar a tus hijos, por tratar de que coman menos azúcar, por apoyar a tu pareja en las intersecciones que se le presentan, por hacer ejercicio por tu salud y no por tu imagen, por intentar una vez mas darle el chance a una relación nueva, por escuchar tu intuición y no la razón. Escribe sin juzgarlo.

Mañana a esta misma hora, toma ese papel y léelo con la misma atención que leerías el diario de un ser querido. ¿Como es la imagen de ti que ahora puedes ver a través de esas palabras? Esa es la persona maravillosa a quien a diario juzgas injustamente frente a imágenes prefabricadas.

No somos perfectas pues no vinimos a serlo. Vinimos a Ser, plenamente.

Por Catalina Goerke
Catalina Goerke es terapeuta de la rama Contemplativa y Life Coach con amplios estudios en Budismo Tibetano en India. Dedica sus días a guiar a quienes buscan entenderse plenamente, haciendo uso de herramientas de auto-observación y la voz de guía interior que todos habitamos.
Disfruta del Silencio, de viajar sin apuros y de un café donde pueda ver pasar a la gente. Vive en Miami pero ama Barcelona.
Puedes encontrar más información sobre como incorporar la práctica del Silencio en tus días, en su pagina web: inthenameofsilence.co y en instagram: @inthenameofsilence

 


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