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¡Qué difícil es no juzgarnos a nosotros mismos y más difícil aún es no juzgar a los otros!

Desde mi punto de vista y propia experiencia, creo que la validación es una herramienta esencial para mantenernos en armonía y ser empáticos. Validar nos hace una sociedad más cariñosa.

Cuando valido lo que la otra persona siente, lo que hago es respetar sus emociones. Las emociones no son ni buenas ni malas, solo son, no hay que juzgarlas y tienen como fin alertarnos de lo estamos viviendo y nos preparan para la acción.

Validar lo que siente la persona que tenemos enfrente nos permite comenzar cualquier interacción con una postura más amable y por ende podemos reducir un conflicto. Cuando la otra persona se siente acogida entonces la postura es diferente, lo que hace que la conversación sea más sana y sincera.

“Mi pareja me dijo que se siente decepcionado de mi”. Por supuesto que a ti te duele que él sienta eso, pero en vez de pelear lo mejor es validarse mutuamente. Hay que respetar lo que él siente y conversar desde el amor, entender el uno al otro y analizar qué pasa. “Mi pololo es extremadamente celoso”, probablemente tiene una historia familiar en donde no aprendió a relacionarse de forma adecuada, hay ciertas habilidades que él desconoce y es inseguro, viene de una familia disfuncional, tiene una herida muy grande porque algún miembro de su familia fue infiel y eso causó mucho dolor, etc. Realmente no sabemos de dónde viene ese sentimiento irracional y definitivamente no lo aprobamos, pero podemos validarlo y ayudarlo a mejorar en el camino que vamos construyendo juntos. Esto mientras sus conductas no sean enfermas y dañinas. Y si sus actitudes nos hacen daño, entonces podemos validar lo que la otra persona siente o hace, pero irnos y terminar esa relación en paz. “Yo entiendo que tu eres muy celoso porque ….., pero yo ya no soy feliz así, por eso prefiero ponerle fin a esta relación”.

Validar y reconocer los sentimientos, deseos, opiniones y dificultades de las otras personas nos permite comunicarnos de mejor manera y mantener relaciones más sanas. No significa que aprobemos o estemos de acuerdo con lo que la otra persona siente, hace o dice, sino que validar es entender que la persona que tengo al frente tiene una historia de vida distinta a la mía y por lo tanto actúa desde otro lugar. “Mi  mejor amiga fue infiel”, yo no estoy de acuerdo con ese hecho pero la abrazo, la hago sentir querida, la escucho y valido lo que ella siente  y eso no significa que yo apruebe su actitud.

Frases como “si fueras una buena persona, harías…” lo único que hacen es crear distancia y herir a la otra persona y juzgarla como mala. Por el contrario, creo que frases como “yo entiendo que a ti te molesta esto, pero me gustaría que…” o “sé que tienes pena, pero quiero decirte que..” o “me doy cuenta que esto es realmente importante para ti, pero me gustaría si es posible que….” Son frases conciliadoras, donde uno logra validar la emoción del otro a veces sin compartirla.

Definitivamente creo que es una buena herramienta para comenzar una conversación en la cual se tocarán puntos de vistas diferentes o conflictivos. Primero respeto lo que el otro siente y desde ahí actúo.

¿Quién es uno para juzgar? ¿Conocemos sus historias de vida tan a la perfección como para juzgarlos? ¿Sabemos tanto de su infancia, de cómo opera su familia o de cómo han sido sus experiencias en el amor? Por más amigo y pareja que uno sea con alguien, es imposible estar en los zapatos de la otra persona. El único camino que nos queda es ser empáticos y escuchar, no juzgar, preocuparnos por el otro e intentar comprender sin herirnos.

Por Caro Guida

@caroguida