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duelo

Pablo ha salido trasquilado de dos relaciones serias antes de conocer a Andrea. La primera lo dejó por un amigo y la segunda simplemente le dijo que no quería seguir con él porque no era lo que ella esperaba para su vida. Con el corazón magullado y el ego desteñido, Pablo se enfrentó asustado a un nuevo desafío, comenzar ‘algo’ con Andrea. Ella, separada y con hijos, sabe de heridas de guerra, sin embargo, está dispuesta a dar el paso. Claro que este paso ha debido hacerlo sumida en un montón de reglas y estrategias para no ‘ahuyentarlo’, ‘asustarlo’, ‘presionarlo’ y todos los ‘arlos’ que se te puedan llegar a ocurrir. Porque actualmente, emparejarse con un hombre sobre los 35 años, con pasado y trancas, resulta ser una ardua tarea de ceder, no impacientarse y empatizar.

Ella, que feliz hablaría y lo vería todos los días, está frita, porque si fuese así él se sentiría ahogado y escaparía. Entonces ha creado un plan de acción. Le escribe poco, le llama nunca, piensa y requete-piensa mucho lo que responde a cada línea de Whatsapp y hoy, después de meses de una relación que iba y venía, él le confesó que está pensando seriamente en abrirle su corazón y que, la verdad, la adora por sobre todas las mujeres.

Gooooolllllll!!!!

Y es que cuando me lo contó, me la imaginé tirada en el suelo celebrando el mejor golazo cual Marcelo Salas (perdón, pero hasta ahí llegan mis conocimientos de fútbol), y con el dedo alzado a los cielos, agradeciéndole a los antepasados cual Maduro por el favor concedido.

Porque el logro es merecido. Yo no sé realmente cómo lograba aguantarse a no escribirle, sobre todo porque yo soy absolutamente impulsiva. Y porque pese al miedo de equivocarse, fue talibana en su actuar en pro de hacerlo sentir seguro en sus brazos. Y es ahí cuando me da lástima él, por estar tan dañado por otras mujeres, tanto que se cuestione todo lo que tiene que ver con el amor… cuando a mi parecer el amor sólo hay que dejarlo fluir y sentir… aunque yo soy una romántica empedernida y él, según me cuenta mi amiga, uno contenido y cerebral en acción.

Creo que cuando te liberas de las mochilas del pasado, de lo que provocaron las cargas, de lo que dijiste mal o lo que omitiste, del sufrimiento por otro… sólo en ese momento lograrás avanzar con la energía que abre tu corazón en positivo, con proyección, con libertad. Es como un ‘reiniciarse’ de computador y partir de cero una nueva historia llena de buenas e ilusionadas opciones.

Si sientes que ese pasado no te deja tranquila, que lo sigues masticando, que te inmoviliza… haz un alto y de verdad cuestiónate tu proseguir. Porque quizás no tengas la suerte de Pablo de encontrarse a Andrea, una mujer hiper paciente y con la capacidad de respetar sus tiempos (aunque a veces se hagan eternos), con tal de enamorarlo, sino que un buen amor decida marcharse al ver tanto bloqueo para llegar al fondo de tu corazón.

Entonces no queda otra que escupir eso que te atraganta la vida y elegir seguir, sin mirar el pasado, las penas, los que se fueron, los abandonos e incluso las culpas por lo que hice o no hice…. Eso ya está atrás y es ahí donde debe quedarse. Proponte firmemente seguir adelante, con la cabeza en alto, la espalda erguida y el corazón abierto de par en par. Te aseguro que el amor fluirá mejor en tu vida y, consecuentemente, serás mucho más feliz.

Como dice la astróloga Verónica Aros, “La vida es ser la protagonista de la historia, el héroe, la princesa, no la víctima ni el victimario. Yo soy la protagonista de mi vida y escribo cada día el mejor guión de mi historia”.


2013 JUN 082Por Karen Uribarri