You are currently viewing La gratitud como forma de vida

Esta última semana ha sido intensa, no ha sido una mala semana, pero sí..realmente intensa…de aquellas para no olvidar nunca más en toda mi vida. Han sido días de mucho dolor, de llorar y ¿les confieso algo?…..hasta de gritar!  Pero sintiéndome en todo momento profundamente agradecida de lo vivido, de mi entorno, del cariño y de la maravillosa experiencia del amor. Agradecida de la capacidad de amar a otro.

Estos días he comprobado en carne propia que todo tiene que ver con la actitud con que uno se pare frente a la vida. Uno puede decidir ser feliz…a pesar de los problemas o los dolores, uno puede decidir. No todo está en nuestras manos, no todas las experiencias dependen de uno, menos las circunstancias….pero lo que sí podemos hacer es elegir ser felices más allá de eso, más allá de todo. Mi padre me dice que soy una mujer resiliente, pero creo que más que eso, tiene que ver con un acto racional donde decido cómo me paro. Es una quien decide cómo vivir. Cuando uno cree que está en la mitad del desierto puede mirar las reservas que lleva, o si quizás vas avanzando arriba de un camello, un poco incómoda…pero avanzando. En ese momento, mira a tu alrededor y sonríe.

Elegí que en vez de quedarme en mi cama llorando me iba a levantar e iba a seguir con mi vida en total normalidad, lo que no significa que no sienta dolor o que no llore en más de una ocasión diariamente. Pero decidí no anular reuniones ni faltar a clases. La vida continua y está llena de colores. Y es aquí donde quiero reparar…la vida está llena de colores. En este período tan especial ha primado la emoción de la gratitud. La sensación de estar realmente agradecida por cada cosa, por la maravilla de haber compartido con las personas que ya no están, por las conversaciones y sonrisas, por el cariño recibido….sintiendo que la vida no me debe nada, que no tengo nada que reclamar. Sintiendo que Dios existe y que me contiene en cada segundo. No hay rabias ni nada pendiente, no hay nada que perdonar, no puedo exigir nada porque lo he tenido todo. Dios se me revela en el amor y la gratitud que siento. No tengo preguntas que me atormentan y ni deudas que saldar, solo agradecer…. La paz que me inunda tiene directa relación con el amor que siento…entendiendo que cada persona hace lo mejor que puede, lo que está en sus manos, dentro de sus posibilidades. Todos tratamos de ser la mejor versión de nosotros mismos y esa es la lucha diaria. Y saber agradecer nos permite ver la vida con optimismo….por lo tanto la lucha se hace más llevadera…

Si a minutos había dudado sobre la existencia de Dios, hoy puedo decir que tengo la certeza de que existe. He podido vivir la belleza de la real comunión entre las personas… “Tu dolor es mío también” me dijo alguien…. ¿Cómo no va a haber belleza en eso? Por donde camino hay manos queriendo tomar las mías…por donde paso hay personas esperando abrazarme….¿Pueden ver la belleza de eso? A mi me conmueve, me emociona…me hace vibrar, me hace sonreír…me hace creer y no dejar de amar. La vida se rearma una y mil veces…todas las veces que sean necesarias. Siempre se puede volver a comenzar. La vida da nuevas oportunidades todos los días…y yo he decidido tomarlas. Doy gracias…..

Un gran abrazo

Caro Guida

Directora de Mujer y Punto

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