Es muy común que a nuestras comidas les echemos una “pisca” de sal. Para muchos eso hace la diferencia entre una comida rica y otra desabrida. Pero ¿qué tan buena es para nuestro cuerpo?

La sal refinada es aquella que ha sido sometida a procesos químicos y obviamente esto trae ciertos perjuicios para nuestra salud.

En muchos casos, a la sal que viene en saleros desechables se les agrega algunos aditivos para que no se apelmace, como el hidróxido de aluminio. Mucho ojo con esto!!! Se cree que el aluminio puede tener relación con el alzheimer.

Pero también podemos optar por una sal mucho más sana como la que se vende sin refinar. Entre las sales sin refinar la más pura es la que se saca de las minas de las montañas y también hay mares del norte de nuestro país donde se puede obtener sal de muy buena calidad y con todos los minerales que nuestro cuerpo necesita.

La sal sin refinar tiene muchos beneficios, entre ellos:

– Elemento anti-estrés

– Mantiene la toniciadad y fuerza muscular

– Previene el cáncer

– Regula las funciones del sueño

– Evita calambras musculares

– Mantiene un buen apetito sexual

Mientras que la sal refinada ocasiona retención líquidos, obesidad, celulitis, artritis, cansancio, alpecia, estreñimiento entre otros. 

Y ¿ahora qué piensas? ¿Seguirás usando sal refinada?

[wp-bannerize group=’home1′]