You are currently viewing Los padres también sienten culpa

Hoy el tema de la culpa que produce el tener que trabajar fuera de la casa no es algo que afecta solo a las mujeres, sino que también a los hombres, cada vez más comprometidos con la crianza de sus hijos. Una especialista en el tema nos entrega importantes recomendaciones para compatibilizar el tiempo laboral con el familiar.

En los tiempos actuales, las exigencias en los ámbitos laborales han aumentado, así como la necesidad de preparación y capacitación continua, tanto para hombres como para mujeres, lo que muchas veces implica quitarle tiempo a la familia. “Ello, sumado a los altos niveles de competencia en un mundo del trabajo con cambios dinámicos, ha generado la necesidad de mayor dedicación para ambos, con la idea de lograr adecuados desarrollos profesionales”, comenta Verónica Navarrete, coordinadora de la escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.

Esto hace que surja la culpa en aquellos padres y madres trabajadores. “En general, la culpa de los padres respecto a la crianza de los hijos, en especial en los de las nuevas generaciones, está sustentada principalmente en que sienten que el tener que centrarse en el mundo laboral no les permite compatibilizar la crianza y todo lo que esta conlleva”, señala la especialista infanto-juvenil.

Así, la psicóloga explica que uno de los principales reproches que se hacen los padres tiene que ver con la falta de tiempo y calidad de vinculación con sus hijos. “Este tema antes era solo vivenciado por las madres al incorporarse al mundo del trabajo, sintiendo que abandonaban el rol tradicional del cuidado y crianza de los hijos. Pero hoy, cada día más, podemos encontrar a padres que sienten que las exigencias laborales no les permiten desarrollar la relación que quisieran establecer con sus hijos”, indica.

Otro aspecto fundamental es que los padres muchas veces se sienten atrapados en relación al establecimiento de límites y normas con los hijos. “Se ven a sí mismos como figuras de autoridad que deben ser duros y exigentes, no pudiendo equilibrar el afecto y el control. En los tiempos actuales la sociedad en general propende a flexibilizar la crianza con los hijos, generando aún más culpa y ansiedad en los padres en relación a la corrección de sus hijos”, plantea Navarrete.

A lo anterior, se suma el aumento de las separaciones de parejas, aspecto que también repercute en la culpa de los padres. “Esta realidad, en general, hace que los padres no sigan viviendo con sus hijos diariamente, circunscribiendo el tiempo a algunos días de la semana o fines de semana. Esto genera que los padres vivencien el haberse alejado de sus hijos y haberlos abandonado. Extrañan y sufren la lejanía de los hijos, sin saber cómo recuperar el tiempo perdido mientras vivieron con ellos y estableciendo relaciones con los hijos de escaso control y autoridad, buscando reforzar la relación y el afecto”, constata la especialista.

Para Verónica Navarrete, esta realidad se da debido a que los hombres actuales han incorporado la vida afectiva y emocional como un aspecto fundamental de su existencia, y este desarrollo donde más es posible vivenciarlo es en la vida en familia, en especial con la pareja y los hijos. “Por esto es necesario que los padres sean capaces de compatibilizar las exigencias propias del mundo laboral con la posibilidad de compartir con los hijos. En este sentido, es importante que los padres sean capaces de equilibrar la familia y el trabajo, poniendo límites en los horarios de llegada a la casa, manteniendo un vínculo con los hijos desde pequeños, donde participen activamente en las tareas como cambiar pañales, llevarlos a la plaza, apoyarlos en los deberes escolares y establecer una comunicación activa con ellos”, recomienda.

La experta plantea además que “es importante que los padres dejen de sentirse identificados solo con el rol tradicional de padre proveedor, porque de esa manera la relación con los hijos pasa principalmente por entregar los medios económicos para su desarrollo, dejando de lado aspectos tales como la comunicación, la convivencia cotidiana, la consejería en resolución de conflictos, entre otros. Este tipo de relación dificulta el establecimiento de un vínculo profundo con los hijos”, finaliza la docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.

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