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En sánscrito “mandalas” significa círculo, dibujo que se ha popularizado en el último tiempo debido a su poder terapéutico y que se ha masificado por medio de libros para pintar, tanto para niños como adultos, así como en el desarrollo de talleres grupales, para lo cual no sólo se ocupan lápices de colores sino también lanas que ayudan a los participantes a desarrollar sus propios mandalas.

Bajo esta última forma de trabajarlos, la Universidad del Pacífico, a través de su Departamento de Extensión Cultural, ofrecerá durante este verano el Taller de liberación de emociones con mandalas y tejidos. “Para apoyar la búsqueda de lo que hoy necesitas, usaremos oráculos de mandalas, juegos, relajaciones y danza. Todo con un solo objetivo: conectarte contigo misma, encontrar respuestas a tus estados emocionales, descubrir tus necesidades actuales y centrarte”, comenta Andrea Aránguiz, docente del curso que se dictará en enero en la sede Las Condes de la casa de estudios.

Andrea, quien es además Diseñadora Gráfica y Diplomada en Psicología Transpersonal de la misma Universidad del Pacífico, agrega que el taller es una invitación a recorrer un camino de transformación interior desde el disfrute y la creatividad.

“La confección de mandalas permite transferir información desde nuestro inconsciente y así plasmarlo en un elemento, ocupación que tiene varios fines terapéuticos, porque cuando uno teje, las formas que hace y los colores que uno elige están hablando. A través de estas creaciones te conectas con lo que estás viviendo en ese minuto y puedes ir sanando con ellas, porque los colores vibran y las figuras también, entonces te permiten entrar en estados emocionales. Es como mirarse a sí mismo y nuestras emociones”, indica la profesora.

Beneficios de los mandalas como terapia

Para Andrea, dictar estos talleres y enseñar a confeccionar mandalas en lana ha sido compartir su proceso personal. “Yo he pasado momentos muy difíciles y mi sanación ha sido en base a esto, por eso lo empecé a compartir con otras personas. Te conectas con otras cosas, te comienzas a conectar con los sueños y es el inconsciente el que se manifiesta; con este proceso comienzas a ser más consciente de tu inconsciente”, explica.

Además, agrega que este aprendizaje se convierte en un espacio para conectarse con uno mismo. “A veces estamos tan metidos en las cosas prácticas, que se nos olvida que somos seres espirituales y que tenemos que conectarnos con otras partes de nosotros, con esa parte mágica de cada uno”, indica Andrea Aránguiz.

En el taller, primero se enseñan los puntos y luego se van desarrollando figuras más abstractas. “En el proceso, los alumnos van aprendiendo bien rápido y cuando aparecen las figuras, comentamos lo terapéutico de este trabajo y a través de otras técnicas vemos cómo está el inconsciente fuera del tejido”, comenta.

Para la experta, la confección y contemplación de cada uno de los mandalas tiene beneficios prácticos. “Permite aumentar la tolerancia al fracaso, desarrollar la paciencia, permitir que el alma se exprese, ayudar a despertar los sentidos, aflorar la intuición y meditar. Todo esto porque se cree que las figuras y colores traen mensajes de unas profundidades que nos pueden llevar a conectarnos con nuestra espiritualidad y, como los mandalas emiten vibraciones, también nos apoyan en la energía que necesitemos potenciar o cambiar”, asegura la docente.