Estoy impresionada con la actitud de los hombres actuales ante una mujer que les gusta, que les complica, que les mueve todas las hormonas…
Sofía, mi amiga del alma, sale –sí, ‘sale’ y ahora explicaré por qué- hace casi UN AÑO con un tipo que es soltero, sin hijos y todo un bombón… Se conocieron y desde ese momento que no se separan. Pasan fines de semana juntos, se acuestan, él hasta le prepara cenas con velas y todo ese romanticismo, le dice que la quiere, que es la mejor, que le provoca todo… pero no concreta. Y ahí la tiene, en el limbo, sin comer ni dejar comer hace demasiados meses para mi gusto.
Entonces, ella no se anima a jugársela porque él siempre aclara que por traumas del pasado, no quiere comprometerse, no quiere formalidades y bla bla bla. Sin embargo, esas trancas no le impiden tener sexo frecuentemente, decirle maravillas al oído y hablar con ella casi a diario. Y claro, tampoco le impide –por supuesto- seguir saliendo con mil más (supuestamente) y con sus amigos. Entonces, Sofía existe en su historia cuando él quiere. De lo contrario, ‘se ahoga’, ‘se siente presionado’ y escapa. Pfff, me tienen agotada con ese discursillo acomodable que los beneficia en todo y que deja en ascuas a un montón de mujeres que inevitablemente se enamoran, se enganchan y, por supuesto, sufren por la ansiedad de no saber en qué parada están y a dónde irá la historia.
Fue entonces cuando le dije a Sofía que se desapareciera. Que no estuviera disponible siempre. Que incluso saliera con otros. ¿Y qué creen que pasó? Se volvió loco y comenzó el cortejo otra vez. ¿Resultado? Ella sucumbió a sus encantos y volvió al mismo círculo de siempre. Entonces él sigue teniendo el control y sigue viviendo la vida loca y ella sigue inconscientemente esperándolo.
Y me da la sensación que muchos andan en esa parada, de conquista pero que una vez logrado, retroceden. Y las mujeres se quedan como Condorito y su Plop!, no entendiendo nada y sintiendo casi que hacen el papel del loco demostrando interés o preocupación. En resumidas cuentas, siento que el hombre actual está aún más complicado que las mujeres, porque han mutado a una masculinidad femenina, es decir, con todo lo típico de ellos, pero con todos los rollos y recovecos tan propios de nosotras. Ahora ni siquiera el lenguaje lineal sirve con ellos. Si antes una debía entender textualmente lo que decían, sin interpretaciones… Hoy pareciera que la lectura es torcida, porque no son claros, no son directos y mucho menos honestos en decir claramente y con todas sus palabras, lo que sienten. Todo lo dan por hecho o por subentendido. Una lata.
De verdad deberían escribir un manual para entender al macho contemporáneo, porque lo que es yo, aún no los entiendo.
Por Karen Uribarri
@karenuribarri
