Las mujeres somos un mundo. Me atrevo a decir que nunca he conocido ni me ha tocado ver algo más cautivante que una mujer sentada 45 minutos en mi consulta. Esa capacidad de que un solo detalle se convierta en una historia, es sólo nuestra. No es por nada que decidí especializarme en nosotras … dicen que uno “siempre enseña lo que más necesita aprender”…y bueno, nos pasamos la vida leyendo revistas, buscando motivos de las cosas en internet, hablando con amigas nuestros problemas, relatándole a la depiladora nuestra última decepción, en fin, siempre queremos respuestas y nuevos aprendizajes, a pesar de que terminamos haciendo lo que desde un principio pensamos hacer.

Hoy quiero focalizarme en una mala costumbre femenina, que veo se repite en reiteradas sesiones y con muchas mujeres diferentes. Preocuparse de sí mismas, no por las parejas, sino por sentirse bien con uno. ¿Sabían ustedes que las mujeres que se sienten bien con su autoimagen tienen una sexualidad más plena?

[wp-bannerize group=’home1′]

Escucho a muchas expresando frases como: “antes siempre iba a hacerme las uñas y mínimo una vez a la semana a baile”, “es que ya no me gusta como me veo, estoy más gorda, me siento mal”, “cuando me juntaba con mis amigas me sentía bien, como que me daba energía”… y cuando les pregunto porqué ya no hacen eso, comienza el “pinpon de la culpa”: “antes él siempre me decía que me vía linda”, “es que ya no tengo tiempo y nadie me ayuda en nada”, “te juro Nerea que me podría rapar y seguro él ni se da cuenta”… y así miles más…

Es real y científicamente comprobado, que los seres humanos en el proceso de conquista y enamoramiento, genera sustancias a nivel cerebral que posee las mismas características que consumir algún tipo de droga estimulante y adictiva. Es esta descarga cerebral la que nos hace necesitar a aquella persona cotidianamente, pensar en ésta varias veces al día, generar una especie de atención selectiva respecto a todo lo que tenga que ver con el/la “enamorada”; Esta descarga es también responsable de esa sensación agradable hacia uno mismo, parecemos sentirnos con más energía, de mejor ánimo y muy preocupados de vernos bien, bonitas, arreglarnos y ponernos muy atractivas.

Sin embargo, como cualquier otra droga estimulante en el tiempo, su efecto inevitablemente deja de provocar las mismas sensaciones y el cuerpo comienza a volver a su estado natural: el efecto de conquista decae, la persona a seducir ya entró en las redes de la estabilidad de ser pareja lo que aumenta la seguridad del vínculo e  ineludiblemente conlleva a: ya es mío/a, “la pega está hecha”.

[wp-bannerize group=’home2′]

Y aquí es donde dejamos de mirarnos. Aquí es donde la estabilidad nos absorbe y al sentir que ya no tenemos nada que conquistar pareciera ser que nos olvidamos de nosotras mismas. El gran problema de todo es que esta conducta termina afectando nuestra autoestima, comienza a bajar nuestro ánimo y empezamos a sentir que nuestra relación no está 100% bien. Parten las queja tipo  “tú ya no me dices nada lindo” y luego de varias así, la inseguridad en la relación. Y obviamente el “declive” del deseo: “si no te deseas a ti misma, no desearás a nadie”.

Pero el trabajo va directamente con el hacerse cargo, motivarse, volver a uno, recordar lo que nos hace sentir atractivas. Es impresionante que cuando en consulta trabajamos sólo su autoimagen y el volver a “mirarse”, TODO comienza a cambiar, desde la forma en que sus parejas las miran , hasta la manera de caminar por la vida.

¿Hace cuanto no te das unos días para ti? Mírate!!

—-

Escrita por Nerea de Ugarte

Columna Para Revista Cosmopolitan Edición Octubre