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La mujer alfa, mujer máquina o la ”multimujer”, como le llaman a esa persona que debe cumplir una serie de requisitos bien delineados, como por ejemplo ser buena pareja, buena amante, excelente amiga y consejera, entretenida, una madre ejemplar, que planche bien que cocine como una master chef que sea una diosa en la cama y además claro está que sea exitosa en su trabajo.

Esta ecuación nos lleva a decir que una bomba está a punto de estallar. El agotamiento físico, mental y emocional entre otros aspectos puede traer una serie de consecuencias negativas como por ejemplo un stress abrumador o una depresión que galopa libremente con consecuencias poco atractivas o no muy agradables.

Los peligros de ser una mujer alfa

La persona que lo padece se puede empezar a angustiar fácilmente, sufrir algún tipo de trastorno alimenticio, algunas crisis de pánico, insomnio, además de empeorar el ambiente de su círculo más cercano; esto solo por nombrar algunas sintomatologías evidentes. Por otra parte, la presión por cumplir en todos los ámbitos mencionados hace que la persona definitivamente lo pase mal.

Estos factores hacen que el sistema comience a fallar: su familia, su círculo mas cercano o su jefe en la empresa, el cual espera ansioso resultados palpables, y por supuesto para las personas que se acostumbraron a que la batuta sea dirigida y ejecutada por la mujer alfa, es decir, que no se tome licencias de ningún tipo porque si no la cosa no funciona, no camina como debe ser, queda todo cojo en los diferentes ámbitos en los que debe cumplir con unas exigencias que ya se las quisiera ver a los parlamentarios de nuestro y otros países.

El espacio propio

Cuando llegan a mi consulta estas mujeres (normalmente después de un arduo día de trabajo), les sugiero que tomen este espacio terapéutico como propio, como un pequeño oasis dentro del día, que se sientan libres de decir lo que quieran, que lloren si quieren hacerlo, que golpeen la mesa si lo requieren con esa energía retenida o más bien lo que queda de ella acumulada con el tiempo. Qué importante es darse un respiro, compartir las tareas domésticas, tener la capacidad de decir “hoy no cocino” pidamos algo o cocinemos en conjunto.

Qué importante, que sano y respetable es decir ”hoy no tengo ganas de tener sexo, me siento cansada”. ¿Qué podría tener de malo eso? Que ejemplo más respetuoso hacia la pareja decirlo y no fingir. En estos tiempos es primordial darse el espacio para salir con las amigas, tomarse un café, conversar, hablar de lo que quieran, reírse, “RESPIRAR”. Esta conjugación lleva a que la máquina empiece a sentir, la mujer alfa con cambio automático comienza a transformarse en una persona donde la risa vuelve a aparecer, donde los abrazos son más genuinos, donde el sexo en pareja se disfruta más para ambos lados, donde la relación se torna humana. Esto es tan importante tanto como para el hombre como para la mujer ya que ambos van a disfrutar y a descubrir la importancia de estar vivos.

También puedes ver: consulta psicológica mujer y punto.

Por: Mauricio Costa Guilisasti