Cada uno es libre de tener el matrimonio que desee: flores de cierto color, los aros más bonitos, una recepción pequeña o grande y también la comida debe ser al gusto de uno, pero después que veas la denominada “boda más extravagante y cara del mundo” todos tus parámetros quedarán desbordados.
https://www.instagram.com/p/BGYsyVNyfJJ/
Recientemente un padre que además es un multimillonario ruso tuvo la suerte de celebrar la boda de su hijo Sargis Karapetyan de 23 años , quien se casaría con una bella mujer llamada Salomé Kintsurashvili de 25. Como este era un evento muy importante en su vida, su papá quiso celebrar a lo grande y decidió gastar nada menos que 2 millones de dólares en la boda de su pequeño.
https://www.instagram.com/p/BGRKdOajDfC/
Esta costosa y majestuosa celebración fue realmente impresionante: llena de lujos y adornos despampanantes, pantallas y fotografías gigantes, una torta de 7 metros de alto, vestidos de 200 mil dólares con joyas Tiffany, miles de flores y hasta la música dio de qué hablar porque la presentación de Maroon 5 dejó a todos locos. Además sus 500 invitados quedaron tan impresionados que hasta hoy siguen comentando esta noche de cuento de hadas.
https://www.instagram.com/p/BGYr0d2SfHm/
La novia quien también no no tuvo problemas en manifestar cuáles eran sus mayores deseos para ese día, quiso aprovechar el momento y usó 3 vestidos distintos para sentirse como toda una princesa.
https://www.instagram.com/p/BGi4wPOCWU5/
Cuando la boda se estaba llevando a cabo todos comenzaron a publicar fotografías del evento en las redes sociales y en cosa de horas se compartieron por todo el mundo. Esta lujosa fiesta rompió todos los límites de lo que significa extravagante y la polémica no se quedó allí porque si bien algunos apoyaron el evento, otros lo catalogaron como “un desperdicio de dinero”.
https://www.instagram.com/p/BGbJmKvp3GU/
https://www.instagram.com/p/BGfOzg4AOEA/
https://www.instagram.com/p/BGaGSF5gOGE/
¿Qué piensas tú de este magno evento?
Por: Catalina Grez M.
Imagen: Instagram.
