Un nudo en la garganta, palpitaciones, dolor en el pecho, ganas de llorar… Han pasado dos meses desde que decidieron separarse, y ella todavía no es capaz de hablar del tema sin tener estos efectos en su cuerpo. Lo que desconoce, es que esas imágenes no vuelven a su mente por falta de voluntad para olvidar, sino que la culpa la tiene su mente, y no su corazón: una parte del cerebro (la amígdala) guarda con mayor intensidad los recuerdos que añadidos junto a un fuerte contenido emocional (como una relación amorosa).

¿Por qué a veces nos es imposible olvidar a un ex, pese a que en el fondo sabemos que lo mejor es sacarlo de nuestras vidas? La neurobiología se está encargando de intentar explicárnosloAntoine Bechara, profesor del Departamento de Neurología de la Universidad de California, se ha dedicado a investigar las funciones cerebrales que participan cuando tomamos decisiones demostrando que, al experimentar una relación amorosa intensa, nuestro cerebro crea “impresiones residuales” que luego revivimos con mayor facilidad. En rigor, mientras más información grabamos en nuestro cerebro, más reales serán nuestros recuerdos.

De acuerdo a lo estudiado por Bechara, estar solas después de una separación o aplicar el dicho “un clavo saca otro clavo”, no evita entonces que el cerebro nos siga enviando recuerdos, y menos nos ayuda a superar el fin de la relación. Lo que en realidad sucedería, es que se produce un “conflicto cerebral” donde, por un lado terminamos la relación, y por otro, el cerebro nos sigue disparando imágenes y reacciones corporales. Para colmo, estos recuerdos además pueden aparecérsenos como olores, imágenes, sensaciones auditivas y pensamientos.

Pero, ojo que ¡no todo es tan terrible! porque con el tiempo, las conexiones cerebrales que nos ayudan a revisar las situaciones críticas y emociones negativas que hemos vivido, se saturan, y pueden sufrir una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal (down regulation). Esto, nos explicaría porqué aquellos recuerdos vinculados a ese ex que nos rompió el corazón, de a poco se van diluyendo…

¿Conclusión? Dejemos que entre lo positivo, y que el tiempo se encargue de hacernos olvidar a ese hombre que nos tiene mal. Pero, sobre todo amémonos a nosotras mismas, y así nos amarán como queremos y merecemos.

Por Claudia Ansieta A.

Un nudo en la garganta, palpitaciones, dolor en el pecho, ganas de llorar… Han pasado dos meses desde que decidieron separarse, y ella todavía no es capaz de hablar del tema sin tener estos efectos en su cuerpo. Lo que desconoce, es que esas imágenes no vuelven a su mente por falta de voluntad para olvidar, sino que la culpa la tiene su mente, y no su corazón: una parte del cerebro (la amígdala) guarda con mayor intensidad los recuerdos que añadidos junto a un fuerte contenido emocional (como una relación amorosa).

¿Por qué a veces nos es imposible olvidar a un ex, pese a que en el fondo sabemos que lo mejor es sacarlo de nuestras vidas? La neurobiología se está encargando de intentar explicárnoslo. Antoine Bechara, profesor del Departamento de Neurología de la Universidad de California, se ha dedicado a investigar las funciones cerebrales que participan cuando tomamos decisiones demostrando que, al experimentar una relación amorosa intensa, nuestro cerebro crea “impresiones residuales” que luego revivimos con mayor facilidad. En rigor, mientras más información grabamos en nuestro cerebro, más reales serán nuestros recuerdos.

De acuerdo a lo estudiado por Bechara, estar solas después de una separación o aplicar el dicho “un clavo saca otro clavo”, no evita entonces que el cerebro nos siga enviando recuerdos, y menos nos ayuda a superar el fin de la relación. Lo que en realidad sucedería, es que se produce un “conflicto cerebral” donde, por un lado terminamos la relación, y por otro, el cerebro nos sigue disparando imágenes y reacciones corporales. Para colmo, estos recuerdos además pueden aparecérsenos como olores, imágenes, sensaciones auditivas y pensamientos.

Pero, ojo que ¡no todo es tan terrible! porque con el tiempo, las conexiones cerebrales que nos ayudan a revisar las situaciones críticas y emociones negativas que hemos vivido, se saturan, y pueden sufrir una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal (down regulation). Esto, nos explicaría porqué aquellos recuerdos vinculados a ese ex que nos rompió el corazón, de a poco se van diluyendo…

¿Conclusión? Dejemos que entre lo positivo, y que el tiempo se encargue de hacernos olvidar a ese hombre que nos tiene mal. Pero, sobre todo amémonos a nosotras mismas, y así nos amarán como queremos y merecemos.

Por Claudia Ansieta A.