¿Encuentras que lo importante es que tu pareja caiga sobre ti y te genere orgasmos de inmediato, pero cuando llega el momento del coito real, puedes tenerlos o simplemente no? Entonces, probablemente seas una de las muchas, muchas mujeres que no se desprenden fácilmente del sexo tradicional.
Mientras tanto, está otro grupo de mujeres que alcanzan el clímax minutos después de ser penetradas. Si tienes amigos que hablan abiertamente sobre esta habilidad de orgasmo mágico, puede hacerte sentir que hay algo intrínsecamente mal contigo.
¿Por qué sus cuerpos funcionan de la manera que a todos nos han dicho que deberían, mientras que el tuyo no? Esta inseguridad puede alterar cualquier relación haciendo que los hombres sientan que su ‘equipo’ no es suficiente y, por otro lado, las mujeres sienten que están rotas internamente. Así que vamos a detener eso ahora.
Afortunadamente, salió un estudio en el Journal of Clinical Anatomy que explica por qué la penetración del pene funciona tan bien en algunas mujeres y no tan bien en otras. Básicamente, no hay nada de malo con las mujeres que no pueden alcanzar sus orgasmos mediante la penetración, es solo que sus vulvas son ligeramente diferentes.
El estudio, realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana y la Clínica Mayo, fue un metaanálisis de otros estudios sobre la disfunción sexual. Estaban tratando de identificar las variaciones físicas en hombres y mujeres que podrían impedir golpear ese mágico punto G que nos empuja hacia el clímax.
Lo primero que encontraron fue lo que ya sabemos: la vagina es mucho más complicada que el pene y, por lo tanto, es más difícil de complacer. Si bien todas las mujeres tienen clítoris (que en esencia es el orgasmo), no todas las mujeres tienen una que sea receptiva a la penetración del pene, debido a su posición en la vagina.
Aparentemente hay un punto dulce en el clítoris, también conocido como la distancia perfecta entre el lugar donde se encuentra el clítoris y la abertura de la uretra, que permite un máximo potencial de orgasmo. “Se sugiere que 2,5 cm desde el clítoris hasta el meato uretral es la demarcación para predecir si una mujer puede o no tener orgasmos exitosos”, escribieron los investigadores.
Según los investigadores, cuanto mayor es la distancia, más difícil será para una mujer el orgasmo a través del sexo penetrativo. Sin embargo, hay una gran advertencia a esta noción. Aparentemente, esta cuestión de la distancia no es algo cuando se trata de la masturbación, que, como todos sabemos, a menudo incluye un aspecto penetrante. Esto sugiere que tiene más que ver con el ángulo de un pene cuando está haciendo la penetración versus el ángulo de un dedo u otra herramienta sexual cuando se masturba.
Lo que nos lleva al punto G, que al igual que el clítoris, el punto G puede ser más difícil de encontrar en algunas mujeres que en otras. Sin embargo, los investigadores de este estudio clínico creen fervientemente que está allí; simplemente no se ve igual en todos. “Quizás cada mujer tiene su propia constelación de ramificaciones del nervio pudendo que crea su propia ubicación personal en el punto G.” Así escriben los autores. Así que eso es genial, ¿no? Es como si todos tuviéramos estas singulares gráficas de estrellas sexuales dentro de nosotros, y solo el tipo correcto de estimulación desencadena una lluvia de meteoritos orgásmica.
Para finalizar esto es lo que puedes hacer si estás decidida a ir por la penetración del pene: experimenta. Prueba varias posiciones diferentes. Se trata de encontrar el ángulo correcto: algunos puntos G de mujeres podrían activarse antes o después de la penetración, mientras que otras solo pueden cuando son penetradas. Piensa en tu clítoris como un Cubo de Rubik: solo lo resolverás si pruebas cada iteración que sea necesaria. Y, a diferencia del Cubo de Rubik, esto será más divertido.
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