You are currently viewing Rodrigo Guendelman: “20 síntomas para saber si ya no eres joven”

La primera vez que alguien me dijo que mi problema era la “sejuela”, mi cara hizo una mueca parecida a un signo de interrogación. “¿La qué?”, pregunté. “La se-jue-la. Se jué la juventud. Ahora tienes problemas de adulto. Ya no eres joven. Eso te pasa”, me contestaron. Fue un golpe bajo pero, a estas alturas, ya está asumido. Eso sí, desde ese día me he dedicado a coleccionar síntomas, señales de que uno ya cambió el folio y no hay vuelta atrás. Ni aunque el alma siga siendo el de un niño. Veamos.

1.    Un adulto pone cara de felicidad cuando lee el diario y ve que el IPC fue cero o negativo. Por el contrario, se amarga cuando ve que esa cifra supera el 0,3%. Sabe que cuanto más IPC, más caro el dividendo.
2.    Un ex joven se maneja con ciertas siglas. Conoce perfectamente el significado de CMR. Si usted es muy joven y no entiende a lo que me refiero, le explico: crédito multi rotativo.
3.    Palabras como chuntería, cassete, grosso y nogatongamegalosomanjarchafafrinilofo están en el disco duro de una víctima de la sejuela. Es más, cada cierto tiempo se nos salen y, dependiendo de con quién estemos, nos da plancha.
4.    Si el RUT empieza con un número menor a diez millones, usted ya no es joven. Así de simple y claro.
5.    El no joven está feliz con los cines que ahora volvieron a vender entradas numeradas. Le recuerda tiempos pretéritos en los cuales ver una película era un acto que implicaba cierto romanticismo y planificación.
6.    El neo viejo lee las Cartas del Director. Le encantan. No se pierde las columnas de Ascanio Cavallo, Carlos Peña, Héctor Soto y Andrés Benítez. Es más, si un fin de semana no las lee se siente raro, como que le falta algo.
7.    Y, claro, el domingo en la noche ve “Tolerancia Cero”. Y si es un ex joven alolado, tuitea sus opiniones acerca del programa mientras ve a Villegas y compañía. 
8.    Si el adulto nacido antes de 1972 era de familia pudiente que “subía” a esquiar, recordará que sus esquís superaban en veinte centímetros su altura.  Seguramente ese par de esquís duerme ahora en alguna bodega un sueño eterno, pues hoy la norma es que sean bastante más bajos que uno.
9.    Extraña las noticias que partían a las nueve en punto. Y que terminaban a las diez. Y que eran noticias para informarse. “Pucha que hace falta alguien como José María Navasal”, piensa habitualmente este personaje de cuatro décadas o más.
10.    Y le duele en la herida cuando recuerda a Patricio Bañados, Javier Miranda o César Antonio Sántis. “Ya no hay nada que ver en la televisión. Es pura basura” refunfuña Mr. Old
11.    ¿Piscola? No, dame un whisky. El maduro ya no toma cualquier cosa. Y si se permite una piscola, algo muy excepcional, es con pisco caro. Ya el cuerpo no está para cualquier azote. Y cuesta más levantarse al día siguiente si el licor es rasqueli.
12.     Votó en el plebiscito del 88. Le dio orgullo ser vocal de mesa en las elecciones pasadas. Le parece que eso de voto voluntario es discutible. Este personaje tiene conciencia cívica, al menos en cuanto al cumplimiento responsable en tiempo de elecciones.
13.    Aunque todavía está enojado con esa vez en que la multitienda lo mandó a Dicom, este ex joven no puede evitar sentir un cierto orgullo por el retail chileno. Se acuerda clarito de Sears, Muricy, JC Penney, Home Depot y de cómo todas estas multinacionales se volvieron a sus países de origen con el rabo entre las piernas.
14.     Escucha la radio Concierto y la Universo. Extraña la radio La Ciudad, la Galaxia y la música que en esos tiempos había en la Tiempo y en la Carolina.
15.    “Que vuelvan los lentos” fue una campaña que le encantó. De hecho sigue a un grupo de fanáticos por los lentos en Facebook. Y, cada cierto tiempo, y sin que nadie lo sepa, pone un disco de Air Supply. En el auto, claro, cuando va solo.
16.    Hoy en día, este ex joven no tiene la menor idea de dónde va la gente a bailar. Ha ido un par de veces al Eve 2.0, escuchó que van a reabrir Gente, pero en general anda muy perdido con la entretención nocturna.
17.    Cada vez que va al Persa Bío Bío, busca el yoyó negro de Coca-Cola. Todavía no lo encuentra.
18.    Se arrepiente de haber botado el Atari. Hoy lo tendría puesto en el living de su departamento como objeto de colección “vintage”.
19.    Toma varias pastillas. Para la ansiedad, para la gastritis, vitamina C, Omega 3. Y usa placa de relajación para el bruxismo.
20.    Cuando lo atienden mal, reclama. Es más, como que le encuentra cierto gusto a quejarse. Porque él es el cliente, y es el único momento en que puede seguir siendo el rey. Como cuando era joven.

Por Rodrigo Guendelman

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