Muchos de los hombres piensan que las mujeres realmente no quieren al chico dulce. Creen firmemente debido a sus malas experiencias que la mayoría de las mujeres disfrutan ser tratadas mal. Pero eso no es verdad.
Cuando un hombre es bueno con una mujer, aun si terminaron, ella siempre lo recordará. Recordará la forma en que hablaban por horas y será parámetro para todos los hombres que vengan en su vida. Si ellos no pueden competir con ese hombre, se irán al fondo del barril.
Una mujer podría elegir quedarse con un hombre que la trate mal porque se enamoró de él en un momento donde pretendía ser agradable (en las primeras etapas de la relación). Sin embargo, ella no durará con un hombre que es malicioso con ella el resto de la vida. Con el tiempo, cada cosa o comentario dañino comenzará a agrandarse hasta explotar.
Esa mujer que alguna estuvo enamorada y que era preocupada, se alejará del amor. Será menos considerada y tierna. Su corazón se enfriará, y él no lo verá hasta que sea demasiado tarde. Él estará ciego y seguirá tratándola mal. Un hombre ignorante sellará su propio destino. Pensará que está bien tratarla de esa forma. Ella lo ama y está seguro de que se quedará. Pero no sabe que dentro de ella una tormenta está creciendo y enfriando su corazón. Donde alguna vez había amor ahora todo está roto. Lo ama muchísimo, o eso cree él. Sabe que se quedará pero lo que él decide no ver ya está siguiendo su curso.
Entonces hay dos opciones: tratarla bien o mal, pero los hombres deben recordar que el corazón solo puede aguantar hasta cierto punto; y que una mujer solo puede aguantar hasta un cierto límite antes de romperse.
Los chicos buenos no salen perdedores. Los hombres genuinamente buenos terminan con la chica al final. Al final del día, sin importar cuando dinero o músculos tenga, una mujer está buscando el verdadero amor y un hombre que merezca el amor de vuelta. El dinero se va y el atractivo desaparecerá, pero si hay un buen corazón, el amor puede florecer.
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