You are currently viewing Es hora de cambiar la violencia “Intra-Personal”

Hoy he visto una foto mía en bikini, y me puse triste. Al principio, porque ahora no cabría en ese minibikini que me tapa justo, justo. Después, porque me he acordado de que, cuando me saqué la foto, no me gustaba.

Entonces, cuando era más joven, sentía que ya me había hecho mayor. Entonces, cuando pesaba muchos menos kilos que ahora, sentía que no estaba suficientemente delgada.

Y la tristeza se ha convertido en rabia. Porque no recuerdo ningún momento de mi vida en el que me haya sentido tan cerca del modelo de belleza que se nos impone, como para estar satisfecha. Porque no recuerdo ninguna amiga a mi alrededor que se sienta satisfecha con su aspecto.

Algunas se cambiarían enteras, otras odian sus dientes, sus pies, su nariz, sus caderas… ven “guata” donde sólo hay piel, arrugas donde hay marcas de risa, grasa donde hay curvas… A ninguna le gustan sus pechugas: demasiado grandes, demasiado pequeñas, demasiado caídas. Demasiado poto, demasiado poco, demasiado plano. Siempre es mejor el pelo de las otras, el color de ojos de las otras, el cuerpo de las otras, la “suerte” de las otras.

Yo las entiendo, porque soy igual. Yo también estoy sometida a una dictadura, que me obliga a ser bella como el mercado manda. Que me ha hecho creer que tengo que ser como las que salen en las películas, en la tele o en las revistas. Esas a las que nadie ha visto nunca por la calle.

Me han convencido de que necesito arreglos, productos, cambios. De que tengo que “solucionar” mis “problemas”: la celulitis, el sobrepeso, las arrugas, las canas, el pelo en el cuerpo, las pecas, las durezas en los pies, la flacidez… todo lo que signifique que me atrevo a sobrevivir sin emprender una batalla perdida de antemano contra la vida. Basta ya de convencernos de que todo lo que signifique ser nosotras, gustarnos como somos, ¡seguir vivas! es decadencia y fealdad.

¡Basta ya de obligarnos a invertir tanto tiempo, energía y recursos en querer ser otras, que no nos queda nada para ser nosotras!

¡Basta ya de dejarnos acomplejar por las miradas ajenas! ¡Basta ya de exigirnos ser complacientes “por fuera”! Eso, también es violencia.

Autora:
Irantzu Varela: columna original
Faktoria Lila
www.faktorialila.com
[email protected]
http://www.facebook.com/FaktoriaLila
@FaktoriaLila

Foto: revistaretro