¿El dinero compra la felicidad? No siempre. Más bien todo indica que “el dinero compra la cama, no el sueño”. Claro que ayuda, de eso no hay duda, pero más bien disminuye la tristeza. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (Rae) “la felicidad es un estado de ánimo, que se complace en la posesión de un bien. Una satisfacción, gusto o contento.” Desde ese punto de vista, perfectamente podemos experimentar momentos donde nos recorre una sensación placentera con cualquier cosa. Y lo mejor de todo es que puede ser ¡gratis!

Quizás no serán de esos momentos inolvidables, pero harán nuestro día a día más llevadero, y nos darán ese gozo tan necesario. Serán esos regalos de la vida que celebramos inconscientemente, y de nuestra propia manera.

Aquí te mostramos 10 de los placeres más simples y gratis que la vida tiene para ofrecernos:

  1. Quitarte unos zapatos que te molestan

Tienes un matrimonio y te compraste zapatos nuevos. Nada mejor que estrenarlos en este tipo de ocasiones. En la tienda te calzaban perfecto, ninguna molestia, eran “comodísimos”. Pero, al avanzar la noche comienzas a sentir un dolor en el talón o la presión en el empeine donde sientes que ya el zapato y tu pie son uno solo. Ahora, piensa en el momento en que te subes al auto y te los puedes quitar. Al fin tu pie puede volver a la normalidad… y Ohhhh que alivio más grande.

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  1. Dormir en tu cama después de varios días fuera de casa

Te fuiste de vacaciones, camping o tuviste que viajar por trabajo. Puede que sea una vieja costumbre, pero no por eso menos cierta. Te tocó una cama doble king ,agua (jamás he sabido si realmente existen) o una hasta con airbags, pero no hay como la tuya. Tu lugar de descanso de meses o incluso años, y la almohada regalona son cosas que no tienen precio.

  1. Escuchar la canción adecuada en el momento adecuado

No importa si es nueva o guarda algún recuerdo especial. Oír la canción adecuada en el momento específico, es uno de los placeres simples de la vida que te levanta el ánimo al instante. Puedes estar en la fila del supermercado, conduciendo a casa después del trabajo, esperando que te atienda el médico atrasado, o en un bar con los amigos, pero cuando empieza “esa” canción tu audición parece tener más sentido que nunca.

  1. Darte una ducha como a ti te gusta

Te fuiste de viaje y la ducha del alojamiento no tiene presión. No sabes cómo regularla o es tan moderna que aprietas todos los botones y nada. Solo consigues un mínimo de agua tibia para relajarte. Después llegas a casa y te metes bajo “tu ducha”: la presión es perfecta, el agua está a la temperatura ideal, a tu gusto, y  entonces sientes que como decía Dorothy “no hay lugar como el hogar”.

  1. Descubrir que tienes más tiempo para dormir

Algo te despierta bruscamente, y piensas que es hora de levantarte. A continuación, con los ojos entrecerrados posas tu mirada en tu despertador, y ohhhh te das cuenta que todavía tienes 1 o 2 horas más para dormir. Te volteas esbozando una sonrisa y con una sensación de alegría vuelves lentamente a tus sueños.

  1. Quitarte la ropa que te aprieta

No alcanzaste a bajar de peso lo suficiente para verte como deseabas, y la solución más rápida es colocarte esos jeans una o media talla más pequeño de los que siempre usas. Recostada en la cama subes el cierre aguantando al máximo la respiración. Logras colocártelo y, todo anda perfecto hasta que en un momento se te empieza a clavar la costura en la cintura. Te mueres por comer o tomar algo, pero “cero posibilidad”. Cuando finalmente, te lo quitas ahhhh, juras que la próxima vez comenzaras la dieta con anticipación.

  1. Tomar algo frío o comerte un helado después de haber estado mucho al sol

Estás en la playa, piscina o en cualquier otro lugar donde hay un sol radiante y no corre nada de viento. Hace un calor infernal, pero dejaste la billetera en la casa para evitar perderla o simplemente la olvidaste. No puedes tomar nada en ese momento… Tus ganas crecen y crecen mientras vez como pasan uno tras otro los vendedores de bebidas….hasta que llegas a tu casa y abres el refrigerador. ¡Lo mejor!

  1. Quedarte sola en casa cuando has tenido invitados

Seamos honestas, a la mayoría nos encantan las celebraciones, o las fiestas con hartos invitados. Mucha gente en tu casa y a veces puedes presumir de las cosas nuevas que trajiste de tu último viaje ante esa compañera que no soportas. Te encanta, la gente, no significa un problema y eres feliz cocinando para muchos comensales. Pero, cuando has agotado todas las estrategias de bostezos y comentarios acerca de lo tarde que es, en un momento dado comienzan las despedidas y cuando el último invitado se va… te tiras sobre el sillón y esbozas “Al fin sola”.

10 cosas te hacen feliz

  1. Recibir un Piropo inesperado

Por algún motivo hoy te levantaste con menos ánimo. Ha sido un día normal, pero no ha pasado nada especial que te haga cambiar de estado de ánimo. Te sientes como viviendo el “día de la marmota”. Entonces, en forma inesperada uno de tus compañeros se acerca y te dice que le encanta como luces hoy, y que ese color te queda muy bien. El día que era gris ahora es mucho mejor y resplandece el sol.

10. Caminar tomada de la mano con alguien que amas

Cada vez que agarras su mano eres consciente de lo mucho que significa para ti. Tomarse de las manos es un acto sensual e íntimo, pero sutil. No todas las personas disfrutan de esta práctica, pero cuando encuentras alguien que comparte tu gusto puedes estar segura de que ese momento es especial y hará que tu día por ese instante se llene de felicidad.

Ahora confiésanos ¿Cuáles son tus momentos? ¿Tienes alguna situación que quisieras agregar? ¡Cuéntanos!

Por Claudia Ansieta A.

Foto de: globedia