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La primera vez que me cuestioné sobre el sexo anal estaba en la universidad. En ese momento tenía mi primer novio de verdad, quien también fue mi primer amor, un hombre con el que pensé que estaría para siempre. Tenía 21 años, una edad en la que todo se vive como su fuera de vida o muerte, especialmente en lo que respecta al amor.

Tenía un par de amigas que habían probado el sexo anal, pero los había juzgado implacablemente. No podía creer que alguna mujer estuviera dispuesta a permitir que su pareja le metiera algo en el trasero. Simplemente no podía comprender eso. Así es que en ese momento en que decidí que nunca jamás tendría sexo anal.

Entonces mi novio, mi amor, el hombre con el que planeaba estar hasta mi muerte, sugirió que intentáramos el sexo anal. Según él, se sentiría “realmente bien”, o al menos eso es lo que sus amigos le habían dicho basándose en las respuestas de sus novias ante la experiencia. (Para que conste, mis amigas no estuvieron de acuerdo con esa evaluación).

Aun así, de repente me sentí intrigada. Una noche me acosté boca abajo en mi departamento y con mi compañera de cuarto justo al otro lado de la puerta viendo repeticiones de Sexo en la Ciudad, lo hice. No fue divertido para nada.

Si bien el sexo anal es muy común en estos momentos (un estudio de 2010 publicado en el Journal of Sexual Medicine informó que el 46 por ciento de las mujeres lo habían probado), el tabú en torno a este acto sexual aún persiste. Debido a esto, muchas mujeres no obtienen la información adecuada que necesitan para prepararse para el sexo anal y mucho menos pasar un buen rato haciéndolo, ¡lo cual es absolutamente necesario!

No quiero que a ninguna mujer le pasé lo que me pasó a mí, así es que aquí están las cinco cosas que desearía haber sabido la noche anterior a mi primera experiencia anal:

1.-Probablemente deberías comenzar con uno o dos dedos.

Antes de perder mi virginidad, dejé que mi novio llegara a “tercera base” (o “digitación”, como lo llaman los niños). Aunque ser penetrada con los dedos definitivamente no es lo mismo que ser serlo por un pene (o un juguete sexual), al menos te da una idea de la sensación que vas a experimentar y alarga un poco las cosas, solo un poco.

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No es necesario que tomes un espejo y mires tu trasero para saber que el músculo del esfínter está tenso. Eso significa que definitivamente quieres experimentar con el juego anal primero, ya sea con un dedo o un pequeño tapón anal.

2.-Es absolutamente necesario utilizar lubricante.

lubricantes vaginales

En ese momento, mi conocimiento del lubricante y cómo usarlo no existía. Había visto anuncios publicitarios, pero en mi breve experiencia sexual nunca había sido necesario, así que no presté atención. Sin embargo, el sexo anal es el momento para probar el lubricante si no lo has usado antes. A diferencia de la vagina, tu parte trasera no se autolubrica, por muy excitada que estés con esta nueva aventura. Esto es algo que debes tener en cuenta, incluso al participar en juegos anales que no incluyan penetración.

Hay dos razones principales para usar lubricante durante el sexo anal: para empezar, disminuye la fricción y hace que la experiencia sea más placentera (en otras palabras, dolerá menos). En segundo lugar, sin lubricante, ese roce básicamente garantiza desgarros dentro del ano, incluso algunos tan pequeños que puede que no sepas que están ahí. Esto significa que el riesgo de contraer ITS aumenta con esta práctica sexual; esos pequeños cortes son la puerta de entrada para que ciertos virus y bacterias ingresen directamente al torrente sanguíneo. Las investigaciones han descubierto que este es el caso del VIH y la hepatitis. Si bien ambas enfermedades son manejables, y el VIH ya no es la sentencia de muerte  que era hace un par de décadas, evitar estos males, en general, es obviamente mejor y debería ser un objetivo cada vez que tienes relaciones sexuales.

3.-Usar condones es muy, muy importante.

condones

Incluso si estás en una relación monógama comprometida, el sexo anal requiere el uso de condón si estás con una pareja masculina. Aunque no hay riesgo de embarazo con el sexo anal, los condones son la única forma de prevenir las ITS, que tiene un mayor riesgo de contraer gracias al desgarro anal mencionado anteriormente (a veces incluso si usas lubricante).

Los condones también son buenos para la limpieza. Como me dijo un compañero mucho después de la primera noche que lo probé, “tienes que esperar algo de excremento cuando se trata de sexo anal”. Lamento informarles que tenía razón. Puede que no defeques por completo, pero con el pene de tu pareja tan metido en el trasero, junto con el movimiento de adentro hacia afuera que viene con las relaciones sexuales en general, las cosas se moverán y, bueno, quedará la grande.

4.-Deberías estar extremadamente excitada

Volviendo al músculo del esfínter, para que el sexo anal se sienta lo mejor posible, debes relajarte. Sí, respirar ayuda y aprender a relajar esos músculos es aún mejor, pero lo que realmente marcará la diferencia es cuán excitada estás.

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Según las investigaciones, una mujer tarda al menos 20 minutos en excitarse lo suficiente. (Por supuesto, esto varía de una mujer a otra). Con la pasión no solo viene la relajación, sino también una mayor tolerancia a las cosas que de otra manera podrían disgustarte. Debido a esto, las preocupaciones sobre el hecho de que tu pareja esté a punto de penetrarte tu trasero o tu nerviosismo por cualquier posible dolor, disminuyen. Eres más capaz de estar presente en el momento y disfrutar de este, en lugar de ponerte nerviosa en el que te estresas convirtiendo lo que podría ser divertido en una experiencia desalentadora.

5.-Se estropearán tus idas al baño

Lo que realmente desearía haber sabido era cuánto el sexo anal, especialmente la primera vez, afecta tus intestinos. No quiero ser demasiado gráfica, pero la forma en que defequé antes de la primera vez que tuve sexo anal está muy lejos de la forma en la que lo hice en los días posteriores a mi primera experiencia con el sexo anal y todas las experiencias posteriores.

Por un lado, estarás estreñida y con gases, gracias a las burbujas de aire adicionales que vienen con toda esa penetración, ya sea por un pene o un juguete. Es totalmente normal, como ahora sé, pero también es algo que desearía haber sabido al principio. Así que ahora tú lo sabes.

Esto podría sonar bastante intenso: el sexo anal no es para todos y nunca debe sentirte presionada a hacer algo con lo que no te sientas cómoda. Pero dicho esto, algunas mujeres realmente disfrutan del sexo anal (como yo, ahora que lo he aprendido a manejar). Si el sexo anal es algo por lo que sientes curiosidad y te sientes cómoda haciéndolo, no hay razón para que no pueda ser un momento divertido y placentero. Solo recuerda lo anterior y estarás bien encaminada hacia una experiencia increíble.

Fuente: Glamour.com