You are currently viewing Al hombre que me dejó: gracias por dejarme sola

Ha pasado un tiempo desde que me diste un beso en la mejilla mientras tu silueta se alejaba lentamente de mi lado. Todavía recuerdo exactamente qué sentí cuando te llevaste mi vida en tus manos porque sin ningún remordimiento, me diste un abrazo frío y sólo vi tu espalda cuando mi corazón se rompía en mil pedazos.

Me tomaste desprevenida cuando nos sentamos como siempre lo hacíamos en esa plaza que fue nuestra mejor amiga: paseos, risas y deliciosas siestas fueron parte de nuestra historia juntos, pero ahora no es más que un lugar de tránsito rápido por donde no me gusta caminar. Evito pasar por sus árboles y ni las carcajadas de los niños jugando son capaces de alegrarme el día.

¿Por qué podemos amar con todo el corazón a alguien para que después se nos escape de las manos? todavía no entiendo cuál es el sentido de querer con locura e invertir tiempo en una relación, si eventualmente ese hombre que era ideal para mi se escapó rápidamente. Como si no fuese importante, fue inevitable que me sintiera como un desecho y a pesar que te culpé mucho tiempo por eso, me di cuenta que fui yo quién permitió que me hirieras. Te entregué tanto que no dejé nada para mi misma.

 

hombre que se escapo
Imagen: Tumblr.

Me he torturado una y otra pensando en lo mismo: ¿qué hice mal?. Esa fue la frase que apareció recurrentemente en mi mente todas las veces que me visitaste en los sueños. Te quise y di todo lo que necesitaste, nunca te dejé solo y fui un ejemplar de mujer: respeté tus tiempos solos, me encantaba cocinarte algo rico y siempre me ofrecí para hacerte masajes cuando estabas cansado.

Di absolutamente hasta lo que no tenía por ti y cuando te marchaste mi mundo se vino abajo, pero ¿sabes qué aprendí con esto? que si te fuiste y nunca más volviste, significó que nunca fuiste mio. El amor es algo complicado que quizás nunca podremos entender en su totalidad, pero por lo menos siempre supe que quise amar a alguien mientras que a ti el compromiso te aterraba. Hubiese sido más sencillo para mi saberlo desde el comienzo: no habría sufrido tanto y la frustración nunca habría llegado, pero por lo menos no soy yo quien vive con miedo.

Rogué a Dios y puse todas mis fichas en ti porque pensé que eras mi otra mitad y el hombre con quién debería pasar el resto de mi vida, pero me perdí en ese camino. Deambulé por tierras oscuras buscando respuestas y al final encontré algo que no esperaba: a mi misma. Sola, con miedo y sin esperanzas logré tocar el fondo en el amor sólo para darme cuenta que renacería de las cenizas como el ave Fénix.

Si no me hubieses abandonado después de entregarte todo lo que pude, no sabría lo fuerte que soy ahora. Por un tiempo perdí la fe, los ánimos y las ganas de embarcarme en nuevos viajes con otros hombres, pero fue en la soledad donde me di cuenta qué era lo que quería en verdad: alguien que no temiera saltar del precipicio conmigo.

Por eso quiero acercarme a ti para decirte ¡GRACIAS! gracias totales por correr de mi lado como un perro cobarde, por mostrarme que nunca estuviste a mi altura y que nunca fuiste merecedor de mi tiempo. Tuve miedo de perderte pero realmente entendí que no era amor verdadero porque éste nunca genera temor, pánico o desconfianza.

Hoy sigo siendo una mujer soltera, pero debo admitir que mi teléfono nunca dejó de sonar porque las invitaciones a salir cada vez se han hecho más recurrente. Logré generar confianza en mi interior y desde entonces soy feliz. Por eso concluyo que lo mejor es agradecerte porque si nunca me hubieses cortado las alas, no sería la guerrera que soy ahora.

Pd: que bueno que cuando nos despedimos fue porque te diste por vencido, así quedó grabado para siempre lo único que recuerdo de ti: tu silueta alejándose.

Por: Catalina Grez M.