Muchas veces en las relaciones los apodos o sobrenombre son parte del día a día. Amor, chancho, mi vida, gatito/gatita, guagua, bebé o monito/monita son algunos de los que comúnmente escuchamos por ahí. O reconozcamos que en nuestra relación usamos alguno de ellos, pero en la intimidad porque nos morimos de vergüenza utilizarlo en público.
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Razones para usar apodos cursis
Bueno, acá te demos una razón para dejar la vergüenza de lado y comenzar a utilizar estos apodos “cursis”. Una investigación publicada en la revista Personal Relationships llegó a la conclusión que las parejas que utilizan estos apodos entre sí, tendrán una relación más larga y fuerte.
Los investigadores llegaron a la conclusión que utilizar este tipo de sobrenombres de manera común, genera un mayor sentido de pertenencia y singularidad para la relación. Esto se debería a que al hacerlo, le estamos diciendo a nuestro cerebro que para esa persona somos únicos, nadie más le dice así.
Lo anterior, generaría un vínculo más profundo y estable, y esa es la señal que comienza a recibir tu cerebro. Además, lo queramos o no, un apodo “cursi” para el resto, para la pareja refleja el afecto y el cariño que se tienen. También genera respuestas más cariñosas y dulces.
Para los científicos el uso de apodos en la pareja genera mayor comunicación entre ambos, lo que siempre es bueno y satisfactorio para el éxito de una relación.
Finalmente, se puede decir que el uso de apodos que para el resto del mundo son apodos cursis, para la relación de pareja es bueno y entregan puros beneficios.
Así que desde ahora los osita, princesa o el apodo que quiera serán más que bienvenidos en las relaciones…y que el resto del mundo piense lo que quiera. Mientras los dos se sientan cómodos y felices, lo que opinen los demás no les debería importar.
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