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¿Viste la película “Sí, señor”? La hayas visto o no, la película, en clave de comedia, muestra las implicancias y consecuencias de decir que “Sí” a todo. La verdad, es que como adultos debemos aprender a decir que sí cuando realmente queremos algo, pero también a decir que no, sin culpas.

El No es una de las primeras palabras que aprenden los niños y les ayuda a reafirmar su identidad. Comprenden que son seres capaces de tomar decisiones, aunque a su corta edad sean muy pequeñas. Entonces… ¿por qué de grandes pareciera que perdemos la capacidad de decir No?

Aprender a decir No

Por decirlo de alguna manera, existen distintos No. Los que son tajantes y otros que dejan abierta una posibilidad. No te sientas mal o culpable por decir que No, es también una muestra de amor propio y de que te respetas. Sin que suene egoísta, debes ponerte a ti como prioridad y saber tomar decisiones, las cuales muchas veces implicarán un No como respuesta.

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El No rotundo

A veces algunas personas te pueden proponer planes o pedir favores a los cuales estás segura que quieres decirles No. Cuando en tu mente esa decisión está muy clara no debes tener miedo a decir que No. Si sientes que una propuesta no es para ti porque es peligrosa, te vulnera, pasa a llevar tus principios, debes atreverte a dar una negativa. No te sientas mal, demuestra respeto por ti misma.

El No a medias

A veces es necesario que des un No rotundo, pero otras puede ser un No a medias. Por ejemplo, nos ofrecen una propuesta que nos interesa, pero no estamos dispuesta a hacer todo lo que la otra persona demanda. Este tipo de situaciones son comunes en la vida cotidiana y hay que aprender a no ceder siempre. El No a medias implica una negociación. Hacerle saber a la otra persona qué estás dispuesta a hacer y qué no. Así ambos sabrán cuáles son los límites y después no podrán reprocharte nada.

El ahora No

Cuando algo no te interesa es bueno decirlo inmediatamente. Pero a veces hay cosas que no quieres ahora, pero podrían interesarte después. Esto debes dejarlo claro. La comunicación es base entre las relaciones humanas, por eso debes ser directa. Quizás te hacen una propuesta profesional que te interesa, pero no tienes tiempo para comprometerte. Dilo claramente y ambas partes pueden establecer un tiempo prudente para una respuesta definitiva. Debes, eso sí, diferenciar entre este tipo de No y el rotundo. Quizás en realidad no quieres hacerlo, pero para no dar un No definitivo dices que te lo pensarás.

¿Por qué no nos gusta decir No?

  • Porque nos importa el qué dirán. No queremos vernos como personas cerradas de mente y rígidas.
  • Porque de niños y adolescentes aprendimos que decir Sí implicaba la aprobación de los demás y popularidad. De niños con los padres y de adolescentes con el círculo de amigos.
  • Pensamos que decir No corta posibilidades en el futuro y no queremos cortar ese puente.
  • Porque no queremos herir a los demás y tenemos miedo a las reacciones que pueden implicar un No.
  • Porque no queremos ser tachados de egoístas.
Lo importante es aprender que decir No es un derecho de todas las personas. La mayoría de las veces dar una negativa no es egoísmo, si no salud mental. El No sincero demuestra respeto a una misma, pero también hacia la otra persona sin hacerle perder tiempo.

¡Reglas de oro!

Sé amable, pero firme

Cuando decides decir No, a la otra persona tiene que quedarle claro. Pero para eso no debes ser antipática ni desagradable. Debes decir No en un tono amable y declinar las propuestas con una sonrisa. Tampoco se trata de ser irónica. Firme y amable.

Da razones breves

No es necesario que comiences a argumentar por qué has dicho que no. Es tu decisión, eso debe bastarles. Pero puedes explicar brevemente por qué has dicho que no. No divagues, parecerá que te sientes culpable. Di que es porque no tienes tiempo, porque sientes que no va contigo o porque no es parte de tus intereses. Una razón breve y sincera dejará a las personas más contentas, a pesar de haber recibido una negativa.

Humildad

Di no con humildad, no pretendas que eres mejor por hacerlo. Tampoco eres peor. Ser humildes es una gran característica y no debes sentirte superior a los demás. Decir no te hará sincera, ni mejor ni peor.

Aprender a decir no es importante para que la vida no nos sobrepase. Debemos conocer nuestros límites y establecerlos. El respeto con nosotros mismos y los demás es primordial. ¿Sabes decir que no?