You are currently viewing Blos.Roses te ofrece todo el glam en solo una hora

¡Y, me atreví! Sí, puede sonar una locura, pero finalmente me fui a hacer las uñas y los pies. Y como en Miami no falta la creatividad, también me corté el pelo. ¡Todo en el mismo lugar! Y lo mejor fue que me tomó solo una hora. Increíble, ¿no? Pues bien, en Blos.Roses entendieron que no todas tenemos el tiempo para pasarnos la tarde en el salón.

Ir por una manicura, pedicura o similar debería ser un momento de distracción y de consentirse a una misma. En mi caso, por el contrario, yo no disfruto, como lo hacen mis amigas, de una sesión en la peluquería. Siempre ando apurada, las horas no me alcanzan y, por lo tanto, no logro relajarme en lo que debería ser el minuto para mí. Tal como me comentó, Diana Hernández, cofundadora y socia de esta a iniciativa, “Si no ando apurada por la falta de tiempo, me siento culpable de estar en el salón en vez de con mi familia”

Pero bueno, les cuento mi experiencia en Blos.Roses. Aunque me queda un poco lejos de mi casa, ya que este salón está ubicado en Doral decidí aceptar la invitación que me hicieron a conocer el recientemente reinaugurado salón por una sola razón: el tiempo. Sí, como les comenté al comienzo en todos estos meses no había querido hacerme las manos ni los pies. De solo pensar en estar tres horas en un salón, tan cerca de las manicuristas, con más personas y por un rato tan largo se me hacía una locura. Pero ya era minuto de volver un poco a la normalidad por lo que, sin duda, esta invitación me venía como anillo al dedo.

 

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El lugar está muy mono, me recordó a una peluquería de mediados del siglo XX. Así como la de la película Grease (Brillantina). Todo en tonos rosa y celeste. Al llegar, con mi mascarilla, me recibió Diana, una de las dueñas, quien me invitó a sentarme y me pidió que eligiera el color de mis uñas, y el tipo de alisado que quería hacerme. Hay varios tipos de lisos, ondas y trenzas entre los que escoger. Pero yo fui  más atrevida y fui más allá. “También cortan el pelo acá?” pregunté con voz temblorosa. Y vaya mi sorpresa cuando me enteré de que Jenny, la peluquera, me ofrecía cambiar mi peinado sin romper la promesa de hacer todo en una hora.

 

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Además de que los servicios fueron todos de primera y que sin duda volveré, sobre todo cuando tenga que repasar mi corte, me sentí tranquila y segura. Blos. Roses no acepta muchas clientas al mismo tiempo ni tampoco hay demasiadas profesionales trabajando a la misma hora por lo que el distanciamiento social se puede respetar. Por otro lado, cada estación es desinfectada después de cada clienta, así como todo el salón cada día.  La experiencia fue genial aun cuando no logré relajarme nunca. Al final pareciera ser que la estresada soy yo y no la falta de tiempo.