1- Te quedarás dormido más rápido

«El concepto de sexo como ayuda para dormir aumenta las posibilidades interesantes para aquellos que pueden tener dificultades para conciliar el sueño. Se relaciona con la producción de ciertas hormonas durante las relaciones sexuales, pero más específicamente, con el orgasmo en sí«, dijo Robert Glatter, MD, asistente profesor de medicina de emergencia en el Departamento de Medicina de Emergencia de Northwell en el Hospital Lenox Hill en Nueva York.

«Lograr el orgasmo facilita la producción de oxitocina en la glándula pituitaria. También conocida como ‘abrazar o la hormona del amor’, la oxitocina también tiene el beneficio de inhibir la liberación de cortisol, una hormona clave relacionada con el estrés. El resultado final representa un efecto hormonal ‘ contraofensiva, «lo que lleva a la relajación, la vinculación del compañero, la inhibición de la liberación de cortisol, lo cual facilita de manera más efectiva la aparición del sueño«, explica. A medida que su cuerpo se llena de oxitocina y estas sensaciones de sentirse bien, está preparado para quedarse dormido más rápido de lo normal.

«La prolactina, otra hormona pituitaria liberada después de un orgasmo, induce una sensación de relajación y somnolencia, lo que lleva a una transición más suave para dormir«, dice Glatter. Además, no sentirás la necesidad de volver, ya que estarás cansado. «Uno de los reguladores clave de la secreción de prolactina es la dopamina, una hormona que se produce en el hipotálamo, ubicada directamente encima de la glándula pituitaria. También se produce después del orgasmo; los niveles de dopamina caen bruscamente a medida que aumentan los niveles de prolactina, la que ayuda a reducir el deseo sexual y controlar nuestro apetito sexual que provoca la dopamina en nuestro centro de placer y recompensa. Es la forma en que la naturaleza nos ayuda a mantener un equilibrio saludable después de que pasa el momento ardiente«, explica Glatter.

También vale la pena señalar que los hombres pueden quedarse dormidos un poco más rápido que las mujeres. «Los mismos aspectos de la actividad física y el esfuerzo asociados con las relaciones sexuales también pueden conferir una predilección específica de género para los hombres que se sienten más cansados ​​o con mayor fatiga. La forma de las reservas de glucógeno en el tejido muscular puede conducir a la somnolencia misma. Debido a que los hombres tienen más masa muscular que las mujeres, también tienden a sentirse más cansados después del sexo«, dice Glatter.