Cuando terminamos con alguien, todas nuestras amigas voltean a decirnos “no te preocupes, llegará alguien mejor”, “él se lo pierde” y mi favorita, “mejor que él cualquiera, pero mejor que tú ninguna”, y en el momento nos lo creemos, agradecemos el abrazo, y mientras dura el coraje nos repetimos que él no valía la pena, pero ¿qué pasa cuando la historia se repite una y otra vez, con un novio, con el que sigue, con los frees, con todos los hombres que te rodean?
Llega un momento en que nos dejamos de creer las historias de que el que sigue será mejor porque cada uno que pasa supera la estupidez del anterior, hasta que terminamos sentadas los viernes por la noche viendo Netflix, y extrañando al primer novio que dejamos ir.
Y cuando tus amigas te dicen “tranquila, ya llegará el bueno”, quieres arrancarles la cabeza. ¿Qué pasa si no llega? ¿Qué pasa si durante años nos hemos mentido a nosotras mismas diciéndonos que va a llegar el príncipe azul? Que para este momento, da lo mismo si es verde, rojo o morado.
Karen D. Rudolph, profesor asistente de Piscología en la Universidad de Illinois, dice que las mujeres vivimos estresadas por nuestras relaciones interpersonales, mientras que los hombres se estresan por todo menos por eso. No quiere decir que las relaciones no sean importantes para ellos, sólo que entienden que hay una vida más allá de su pareja.
Las mujeres tendemos a organizar nuestra vida cuando encontramos al hombre indicado, mientras que los hombres organizan su vida sabiendo que alguien los acompañará en el camino. ¡Debemos reconocerles este acierto! Los cuentos de Disney nos han dejado muy mal acostumbradas, crecimos pensando que cuando fuéramos grandes la historia iba a terminar en boda, pero no siempre tiene que ser así.
¿Qué más da si no llega el hombre indicado? La vida en pareja es increíble, pero la vida en general lo es. No importa si vamos acompañadas o solas, la idea es que la vivamos lo mejor posible.
Dejemos de buscar a Mr. Right, y concentrémonos en vivir nuestra vida de una manera extraordinaria, para que si el día de mañana estamos solas, tengamos el mejor equipaje de recuerdos, amigas, historias, y claro, sapos besados, para acompañarnos.
Seamos mujeres completas, la idea de la media naranja es obsoleta, seamos integrales y exitosas, sin miedo a estar solas, disfrutando cada relación en la medida en que la vivamos, sabiendo que probablemente se vaya, probablemente lloremos, pero seguramente nos vamos a volver a levantar.
Y porque aunque en momentos lo dudemos, siempre habrá uno mejor a la vuelta de la esquina, y después de él, una gran amiga con una taza de café.
¿Están de acuerdo?
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