Se trata de una nueva tendencia. Y se viene fuerte. El coaching para solteras está ganando cada vez más adeptas en Chile, posicionándose como una alternativa potente para aquellas mujeres que no logran encontrar o consolidar sus relaciones de pareja.

El proceso les permite tomar consciencia, a un nivel profundo, de sus debilidades pero, sobre todo, de sus recursos internos y de esta manera tomar el control de sus vidas en el aspecto sentimental. 

Que “tengo mala suerte en el amor”, que “siempre me tocan los mismos pasteles”, que “todos los hombres son iguales”, que “estoy destinada a fracasar”, que “soy muy vieja, fea, gorda o tonta para…” o que “tal vez así Dios lo quiso”.

Son frases que se escuchan una y otra vez entre aquellas mujeres que ya dejaron de creer en el cuento del príncipe azul (que ciertamente no existe) o que, peor aun, no creen en si mismas. O que están confundidas en el devenir del quiero pero a veces no quiero.  O que no saben qué es lo que quieren o no. Y entre el no saber y el actuar se suceden , ciertamente, los pasos en falso.  A veces, peor aun,  hacia el abismo.

Ahora, sin embargo, el coaching asoma como un camino potente y novedoso para empoderar a las mujeres.  Y no con recetas o productos milagrosos, sino que tomando consciencia y utilizando sus propios recursos.

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“Opté por el coaching porque las veces que fui a terapia no me funcionó. El proceso era bastante largo, sentía que siempre era lo mismo y que no avanzaba. ”  Para Carolina, psicóloga de profesión, la decisión de optar por esta disciplina fue tomada en virtud de “mi necesidad de algo activo, práctico, que pudiese ejecutar”.  Pasó años –recuerda- absorta en una rutina y en la desmotivación. “Encontraba que mis habilidades sociales eran bajas y muy poco desarrolladas”, razón por la cual tenía problemas para encontrar pareja.

Pamela Paz Valenzuela, coach y propietaria de Lady Alfa, ésta alternativa ofrece muy buenas posibilidades para aquellas mujeres que están cansadas de ser solteras, recientemente divorciadas, mujeres hartas de fracasar en sus relaciones; también mujeres confundidas, miedosas de comenzar una relación o maduras y listas para salir a comenzar a salir de nuevo después de muchos años.

El coaching no entra en disquisiciones filosóficas ni pretende tampoco desenmascarar los traumas de la infancia o los secretos del inconsciente.  Resulta muy potente para tomar consciencia de lo que realmente uno trae consigo pero, a la vez, tiene un enfoque pragmático: la toma de decisiones y planes de acción.  O dicho de una manera mucho más sencilla aun, consiste en identificar dónde estoy, hacia dónde quiero ir, cómo hacerlo y con qué recursos.  Se trabaja sobre la base de la confianza, identificando y rescatando las fortalezas de la persona, asignando tareas y estableciendo compromisos (más que con el coach consigo misma). Coach y coachee (la clienta) trabajando de la mano para la identificación y/o consecución de un objetivo.

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Según cuenta Pamela Valenzuela el proceso permite a la mujer, entre otras cosas, reconocer las conductas que impiden alcanzar el amor y aprender a cambiarlas; desenmascarar a qué tipo de hombres está atrayendo inconscientemente, revelar los patrones de relaciones pasadas que pueden actuar como barreras emocionales para romperlos y, también, reconocer las propias virtudes de la clienta como mujer incrementándolas.

Al cabo de su proceso Carolina puede exhibir ahora resultados concretos. “Tengo más seguridad en mi misma, en lo cotidiano y en las actividades sociales” enfatiza. “Ahora se el ritmo de mi misma y de mis procesos, me conozco. En definitiva, desarrollé lo que quería desarrollar” Y lo más importante ,concluye, “¡Me atrevo!”

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