dolor de ovarios

Retraso del período menstrual, hinchazón abdominal y dolor pélvico, son algunos de los signos que ayudan a reconocer su aparición. Sus tratamientos van desde el uso de medicamentos hasta la cirugía.

Una de las enfermedades más recurrentes entre las mujeres, capaz de provocar fuertes dolores y preocupación, son los quistes en los ovarios. Este tipo de complicación se produce en los años fértiles de la mujer, vale decir desde la pubertad hasta que llega la menopausia, tras lo cual son poco frecuentes.

Con la idea de dar a conocer las complicaciones derivadas de esta patología, el gineco-obstetra de Clínica Vespucio Dr. Juan Ibarra, comenta acerca de sus principales características y métodos para enfrentarlos.

Mes a mes durante el desarrollo del ciclo menstrual, crece un folículo, lugar donde el óvulo se gesta en el ovario. Cuando el óvulo se libera de este folículo, el proceso se denomina ovulación. “Cuando el folículo no logra abrirse y liberar un óvulo, el líquido permanece al interior del folículo formando un quiste que puede provocarse por variadas causas”, detalla el especialista.

Se trata de una patología que no provoca síntomas habitualmente, y cuando estos ocurren “refieren dolor y un retraso del período”. Algunos de los signos que pueden indicar su presencia son:

-Distensión o hinchazón abdominal.

-Dolor pélvico tras el comienzo o finalización del período menstrual.

-Dolor al defecar.

-Dolor durante las relaciones sexuales.

-Dolor pélvico intenso y repentino con náuseas y vómitos, indicador de retorcimiento del ovario o ruptura de un quiste con sangrado interno.

La detección y diagnóstico de este tipo de quistes, se puede realizar a través de un examen pélvico o a través de una ecografía. Otros exámenes de imágenes útiles para indagar en su aparición son “imágenes como la ecotomografía doppler, tomografía computarizada y resonancia magnética”, comenta.

En las mujeres que están en periodo fértil, “los quistes pequeños tienen más posibilidades de desaparecer de manera espontánea al cabo de 8 a 12 semanas”, añade.

Algunas de las complicaciones que se pueden producir por medio de esta patología son cuando los quistes:

– Se rompen.

-Sangran.

-Se retuercen.

-Muestran cambios que pudiesen ser cancerosos.

Respecto del tratamiento, el gineco-obstetra de Clínica Vespucio señala que, este dependerá de las condiciones en que cada paciente desarrolle el quiste. “Se puede administrar píldoras anticonceptivas de uso oral para evitar la aparición de nuevos quistes, las que no disminuirán el tamaño de los existentes. En los casos de aquellos quistes complejos que no desaparecen, aquellos que generan síntomas sin desaparecer o los que sean de un tamaño mayor a 5 centímetros se debe aplicar cirugía”, asegura.