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Los hijos únicos tienen reputación de ser perfeccionistas y triunfadores, de buscar siempre la atención y la aprobación de sus padres y de los demás. Pero los hijos con hermanos también desarrollan diferentes tipos de personalidad según el orden de nacimiento.

Igual que otros factores desempeñan un papel en el crecimiento de un niño —incluyendo la genética, el entorno y la educación—, el orden de nacimiento también puede ser definitorio de sus rasgos y su comportamiento.

Desde la década de 1970 se han llevado a cabo miles de estudios científicos sobre la influencia del orden de nacimiento, pero los psicólogos suelen mostrarse en desacuerdo sobre en qué medida este orden afecta al desarrollo. Sin embargo, hay algunos aspectos comunes entre las personalidades de los hijos mayores, las de los medianos y las de los pequeños que se repiten de forma consistente en los escritos.

¿Por qué existen estas diferencias? Muchos psicólogos han sugerido que las personalidades de los hermanos difieren en tanto que adoptan diferentes estrategias para ganarse la atención y el favor de los padres. De acuerdo con esta teoría, el hermano mayor es más propenso a sentirse identificado con la autoridad y con el mantenimiento del status quo, mientras que es más probable que los hermanos más jóvenes busquen atención a través de actos rebeldes.

“Los niños descubren su posición en relación con la familia”, comenta a la edición estadounidense de The Huffington Post el doctor Kevin Leman, psicólogo y autor deThe Birth Order Book [El libro del orden de nacimiento] y The First-Born Advantage[La ventaja del primogénito]. “A los primogénitos se les imponen unas reglas más estrictas. A medida que van naciendo más hijos, los padres se relajan”.

Aquí puedes leer más sobre lo que dice la ciencia de los hijos pequeños, los de en medio y los mayores:

EL HIJO MAYOR

Los hijos (o las hijas) primogénitos tienden a verse orientados a cumplir algún logro y a menudo rinden bien en la escuela y prosperan en posiciones de liderazgo, según afirma Leman.

“Los primogénitos son los primeros en todo… y son los que deciden la altura del listón”, dice Leman, que añade que la mayoría de presidentes en Estados Unidos han sido primogénitos o hijos únicos.

De hecho, hay una gran cantidad de investigaciones que apoyan este perfil de personalidad, incluyendo un artículo de 2012 que recopila más de quinientos estudios en los últimos veinte años. En el artículo en cuestión, los psicólogos de la Universidad de Georgia probaron que el hijo primogénito (o aquel que ha asumido el papel del “hijo mayor”) es el que con más probabilidad desempeñe posiciones de liderazgo y se esfuerce por conseguir más éxito. Un estudio de 2009 publicado en el periódico Child Development también descubrió que los niños primogénitos son más adaptables —algo que podría manifestarse en la búsqueda de complacencia de sus padres y de los demás al rendir mejor en los estudios y en el trabajo.

“Los primogénitos tienden a ser responsables, competitivos y convencionales, mientras que los nacidos después tienden a distinguirse de los demás y a crearse un hueco específico mostrándose bromistas, cooperadores y, especialmente, rebeldes”, escribían los psicólogos belgas Vassilis Saroglou y Laure Fiasse en un artículo de 2003 de una publicación de Personality and Individual Differences.

EL HIJO PEQUEÑO

La personalidad de los hijos pequeños es marcadamente diferente del resto de personalidades de los hermanos más mayores.

Las investigaciones muestran que el más bebé de la familia tiende a ser más creativo, rebelde y a llamar más la atención. Tiene sentido, si se considera que la forma en que los padres educan a los hijos mayores y a los más pequeños suele ser diferente. A menudo, mamá y papá son más permisivos y tolerantes una vez que se encuentran cómodos en su papel de padres y ya han pasado, al menos una vez, por el proceso de educar a un hijo.

“Los hijos pequeños son manipuladores, sociales, extrovertidos, se venden muy bien… De niños se salen con la suya siempre y saben cómo ganarse el favor de la gente”, aseguraba Leman.

Aunque el más pequeño tiende a comportamientos que llaman la atención, un estudio destacó que no hay relación entre ser el hijo menor y desarrollar comportamientos delincuentes o problemáticos, como se sugiere algunas veces.

EL HIJO MEDIANO

El hijo mayor se lleva la atención completa de mamá y papá, mientras que el pequeño frecuentemente se sale con la suya haga lo que haga. Así que, ¿dónde queda el hijo de en medio?

El del medio suele ser el pacificador de la familia, comentaba Leman, y normalmente desarrolla cualidades como simpatía y lealtad.

Un análisis de 2010 de la literatura sobre el orden de nacimiento descubrió también que es algo común que los hijos de en medio sean sociables, leales en sus relaciones y buenos para relacionarse tanto con personas mayores como más jóvenes.

Debido a que los medianos están atrapados entre dos frentes, valga la analogía bélica, tienden a ser grandes negociadores y habilidosos mediadores, sostiene Leman.

“Los hijos de en medio son difíciles de intimidar y tienden a ser muy leales y a tener en gran estima a sus amistades”, añadió Leman.

¿Cómo pueden los padres ayudar a los hijos mayores, los medianos y los pequeños? El trabajo más importante de una madre y un padres es el de ayudar a cada hija e hijo en su viaje único y personal, afirma el Doctor Gail Gross, experto en desarrollo infantil.

“Es necesario permitir que lo hijos descubran su propio destino, sin importar el papel que tengan en la familia”, aconseja Gross a los padres en un blog del HuffPost.

Leman recomendaba también respetar las diferencias que hacen único a cada hijo y destacar la diversidad de sus fortalezas y sus retos. “Trate a sus hijos de forma diferente”, sentenciaba.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de ‘The Huffington Post’ y ha sido traducido del inglés por Diego Jurado Moruno

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