You are currently viewing ¿Cómo sé si tengo anorexia?

Hoy en día se vive una fuerte realidad. Las dietas, los cuerpos estereotipos e idealizados, las presiones culturales y sociales asociadas con la adaptación, las redes sociales y la baja autoestima crean, en ocasiones, grandes problemas mentales y físicos.

Aunque se ha descubierto que los grupos de mayor edad están experimentando una inclinación en los diagnósticos de trastornos alimentarios, los adultos jóvenes y los adolescentes son los más propensos a desarrollar y sufrir anorexia. De hecho, la anorexia es la tercera enfermedad más común entre los adolescentes. Entre el 1 y el 5 por ciento de todas las mujeres de 15 a 22 años desarrollarán anorexia, con una edad promedio de inicio de 17 años.

La anorexia es uno de los trastornos alimenticios más peligrosos que de no ser tratados conduce a la persona a un deterioro de órganos como un infarto llegando a la muerte. Esta enfermedad se le conoce por un rechazo a mantener un peso corporal normal o por encima del mínimo para su edad y talla; terror a engordar aun estando por debajo del peso ideal, y distorsión en la percepción del peso y de la imagen corporal.

Existen muchos factores: genéticos, familiares, sociales y tipo de personalidad que logran detonar con mayor facilidad este trastorno de conducta alimentaria (TCA). La enfermedad por lo habitual aparece en “niñas buenas” que se han pasado gran parte de sus vidas tratando de complacer a sus padres y amistades cercanas. Por lo general viven en ambientes muy estrictos y límites muy exagerados.

Tanto nivel de exigencia y obediencia hacen que carezcan de autonomía y no se sienten en control de sí mismas. La anorexia se inicia como un intento de auto curación para tener una disciplina sobre el cuerpo y un sentido sobre sí mismo y de efectividad personal. Las anoréxicas transforman su ansiedad y problemas psicológicos a través de la manipulación de la ingesta de comida.

Los patrones de una familia disfuncional incluyen severidad,sobreprotección, control excesivo y discordia familiar. Estos factores de estrés resultan a menudo en una pérdida del sentido de control que puede originar un (TCA) como un intento de recuperar el control. Vivir en un ambiente donde se da relevancia a los éxitos académicos, deportivos y se le aplaude a un cuerpo delgado, genera mucha presión psicológica y emocional.

Este tipo de enfermedad tiende a desarrollarse en aquellas niñas que de pequeñas fueron más reservadas, independientes y que no buscaban dar ni generar problema. La dificultad para expresar los sentimientos y poner límites genera una baja autoestima. Siempre mostrando un deseo muy fuerte de satisfacer y complacer los comentarios de la figura materna.

Distintos estudios de Harvard (2015) muestran que el desarrollo de la anorexia nerviosa también puede estar ligado a la presencia de un padre con problemas de alcoholismo y la traumática experiencia de un abuso sexual:

De forma inconsciente la persona genera una personalidad victimaría donde no se siente merecedora de “lo bueno”, se castiga a través de conductas destructivas (dejando de comer, escupiendo y escondiendo la comida). La personalidad codependiente la lleva a querer buscar rescatar a los demás y olvidarse de ella misma. Esto puede conllevar a que en un futuro de adulta busque a una pareja alcohólica tratando de rescatar “a su padre que nunca pudo rescatar.”

A todas nuestras lectoras de Mujer y Punto les compartimos los siguientes síntomas para alertarse sobre esta gran enfermedad y así poder recurrir a un especialista si alguien de su alrededor está en riesgo:

  • Rechazo a mantener el peso corporal normal para la edad y la estatura (pérdida de peso que lleva a mantener el peso un 85% de lo que debería de pesarse).
  • Temor a subir de peso o de engordar aun cuando se está baja de peso.
  • Presencia de amenorrea, es decir, ausencia de por lo menos tres últimos ciclos menstruales.
  • Disminución del interés sexual.
  • Ejercicio excesivo como manera de quemar calorías a la poca ingesta de alimentos.
  • Cambio de estados de ánimo, presencia de depresión, irritabilidad y ansiedad.
  • Reducir la ingestión de grasas, tienden a comer más verduras y ensaladas que otros alimentos que contengan carnes animales y carbohidratos.
  • Presentar síntomas de inanición como piel fría, presión baja, disminución del ritmo cardíaco, fatiga, baja de peso, estreñimiento, amenorrea, etc.
  • Aislamiento social (amistades, fiestas, reuniones) y familiar.
  • Excesiva autoexigencia y perfección.
  • Conductas obsesivas relacionadas con la ingesta de comida: Ayunan periódicamente. Desmenuzan los alimentos en proporciones pequeños para ingerir menos alimentos. Preparan alimentos para llenarse visualmente. Controlan las calorías ingeridas y abusan en el consumo de sustitutos de azúcar.
  • anorexia

    Existen dos tipos de anorexia nerviosa: un tipo restrictivo que consiste en que durante el período de anorexia nerviosa la persona se abstiene de comer regularmente y come muy pocas cantidades de alimento. El tipo purgativo, la persona come un poco más y presenta conductas de purga.

    En realidad las personas con anorexia nerviosa no piensan que es una enfermedad sino un estilo restrictivo de dieta y de vida. Consideran una intrusión y molestia la preocupación de sus familiares a que reciban ayuda psicológica y de nutriólogos para corregir su enfermedad. Es importante buscar la prevención desde pequeños y orientar a seguir un modelo saludable de hábitos y de nutrición que traiga como consecuencia un bienestar físico, mental y emocional.