You are currently viewing Cuando no tienes ganas de tener sexo ¡y no tiene nada de malo!

Durante años el deseo sexual hipoactivo femenino ha sido caricaturizado y degradado. Sin embargo, hoy, gracias a estudios y más acceso a información, podemos darnos cuenta de que tiene solución, y que, además, en algunos casos, se genera por problemas ajenos a la mujer.

Cecilia tiene 35 años y lleva 3 años con su pareja. A lo largo de este tiempo, la relación se ha mantenido estable durante tiempo, pero no así el sexo. “En los últimos meses, mi cabeza ha estado en cualquier otra parte menos en sexo y siento que eso igual tiene a mi pololo un poco inquieto, no tengo muchas ganas, no ando pensando en tener sexo, pero cuando me decido, está todo bien, pero ya no tengo las mismas ganas que al inicio de la relación”.

Para Cecilia y en realidad, para la mayoría de las mujeres, una situación como la recién expuesta, puede desencadenar una tragedia griega: ¿estaré enferma? ¿estaré haciendo algo mal? Entre otros cuestionamientos que van de la mano con soluciones parches como fingir orgasmos, obligarse a tener sexo, aunque no haya ganas. Todo, con tal de evitar la crítica, el abandono de la pareja y para alcanzar ese estándar invisible que hay en el aire sobre lo que es el sexo exitoso, porque sí, en una sociedad exitista, la sexualidad también se mide.

A su vez, el deseo sexual femenino por años ha sido relegado a segundo plano. Se han dicho tantas cosas y repetido tantas veces, que muchas de ellas han quedado como verdades absolutas, a pesar de que son falsas: que las mujeres tienen menos impulsos sexuales, que la llegada de la menopausia es sinónimo de falta de deseo, que deseo y lubricación siempre van de la mano, que, si no siente ganas de tener sexo todos los días, algo anda mal, y tantas otras creencias que han logrado solo una cosa: alejar a las mujeres del placer sexual, lo que es sinónimo de menos mujeres felices en el mundo.

El lenguaje también ha hecho lo suyo. Durante años se usó médicamente el término “frígida” para referirse a las mujeres que presentaban problemas de lubricación, bajo deseo sexual, vaginismo o de dolor durante la penetración. Si embargo, este término hoy está excluido, ya que se convino que tiene una connotación negativa y despectiva hacia la mujer, ya que agrava el problema y relega a la mujer a la categoría de persona incapaz de disfrutar del sexo. Por otro lado, la publicidad tampoco ha ayudado mucho, al mostrar a una mujer excusándose de tener sexo con su pareja por un dolor de cabeza. Todo, con tal de vender una pastilla para la migraña o el otro extremo, mujeres, hipersexuales y erotizadas por una nueva marca de cerveza.

A pesar de todo lo anterior, una baja de deseo sexual – experimentado en cualquier etapa de la vida – no tiene por qué ser por un trastorno en sí, puede ser tal vez un síntoma de que hay algo en tu vida o incluso en tus relaciones que no va bien. También puede ser una forma en que tu cuerpo te está hablando, advirtiendo que quizás el camino correcto no sea A, que podrías experimentar con B, que tal vez en tu caso no es que no guste el sexo, es solo que no te gusta el sexo con X persona o no te agrada o enciende la forma en que X persona te acaricia.

Geraldine Acevedo, de Starsex, cuenta la siguiente realidad: “muchas de nuestras clientas llegan a nosotros preguntando por productos que aumenten su excitación sexual o su lubricación, ya sea porque ellas sienten que andan algo mal o porque sus parejas les hacen sentir esto”. Sin embargo, agrega que “una situación así no debiese ser vista de manera tan negativa, porque te hace cuestionar qué está pasando con tu sexualidad, si está siendo mecánica o es solo por compromiso. Todo esto sí o sí te lleva a explorar, a buscar qué es lo que en realidad te gusta y lo que no. Y la autoexploración, la educación sexual y los juguetes son muy buenos aliados en estos reencuentros con tu sexualidad, te empoderan y ayudan en esa búsqueda de volver a sentir”.

Karina López, licenciada en Psicología Clínica, Educadora Sexual Integral y Terapeuta con perspectiva de Género, complementa esta visión: “el deseo sexual es diferente para todas las personas. El número de veces que las personas sienten ganas de tener sexo es algo muy personal y puede ir cambiando con el tiempo y por las circunstancias personales y externas, como, por ejemplo, la pandemia mundial que le ha generado estrés a muchas personas. Por otro lado, cuando sientes excitación, tu cuerpo puede experimentar varios cambios fisiológicos y emocionales, sin embargo, no todas las personas son iguales, por ende, es importante recalcar que la falta de lubricación, no siempre está adherida a la falta de excitación sexual”.

“Ahora, es importante hacer hincapié que no tener ganas de sexo o tenerlas en menor frecuencia que tu pareja tampoco son motivos para pensar que tienes una libido baja, sino que puede ser simplemente que la pareja se encuentra atravesando momentos del ciclo vital, diferentes o están con necesidades distintas”, agrega la especialista.

Entonces ¿cuándo hay que preocuparse? La experta enumera las siguientes señales:

  • No sentir interés por ningún tipo de actividad sexual, incluida la masturbación.
  • No tener en ningún momento pensamientos sexuales o fantasías.
  • Sentir decepción o frustración por la falta de impulso sexual.

La falta de deseo, también conocido como deseo sexual hipoactivo, puede generarse por varios factores: psicológicos, socioculturales, enfermedades y hasta por las relaciones interpersonales que mantenemos y puede darse en cualquier etapa de la vida, aunque ocurre con más frecuencia en mujeres posmenopáusicas. Por otro lado, el estrés, la depresión, hipertensión diabetes, el embarazo, el postparto, la lactancia materna, el uso de ciertos medicamentos, como los anticonceptivos orales también pueden generar baja de deseo sexual y una escasez de lubricación vaginal lo que, a la vez, puede generar molestias y dolor durante la penetración.

Diseñados para el placer

Los juguetes sexuales y la cosmética sensual son un apoyo importante para el deseo sexual. “Están diseñados para ponerse al servicio del placer, y te ayudarán a explorar todas las posibilidades de tu sexualidad. Además, te proporcionará una estimulación placentera, con los importantes beneficios para la salud física y mental que el sexo conlleva, estimularán tu imaginación y te ayudarán a mantener encendido el deseo”, aclara Karina.

La dueña de la cadena Starsex que ofrece un amplio abanico de productos de bienestar sexual para disfrutar a solas o en pareja, detalla que entre los productos estrellas que más se venden entre ellas son “las bolas chinas Cherry Kiss, vibrador Bunny Starsex y lubricantes íntimos de nuestra marca Starsex, y otros que generan sensaciones de frío y calor, como Ice y Hot, respectivamente”.

“Los lubricantes son una excelente opción para tener una experiencia sexual placentera, y además son 100% compatibles con el condón. Porque hay que recordar que hay que evitar usar otros productos como vaselina como un lubricante extra, ya que además de romper un condón, también pueden generar molestias o alergias en la piel, puesto que este producto no fue hecho para ser ocupado como lubricante”, agrega la especialista.