You are currently viewing Depresión: cómo logré salir adelante

Como ya todos sabrán, la depresión es un dolor silencioso. Llega a nosotros cuando menos la esperamos y sin darnos cuenta, el manto gélido de la noche nos envuelve completamente. Conocida por ser un trastorno del ánimo, nos entega emociones de abatimiento, infelicidad y culpabilidad. Además provoca una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas que nos entrega la vida. Algunas mujeres llegan a sufrirla después del parto, mientras que a otras personas les toca amar a quienes padecen de ella. A veces puede durar poco tiempo o incluso años, pero sea cual sea el caso, a todos nos ha tocado sentir depresión.

depresion
Fuente: Instagram.

Depresión: cómo logré superarla

Cuando me tocó vivir mi adolescencia, me encontraba estudiando en el colegio y a mis 15 cortos años, no tenía idea que la depresión llegaría para quedarse. Quedarse un largo tiempo. Sin darme cuenta que la sufría, salir con mis amigos ya no era llamativo, prefería quedarme en la soledad mientras un sentimiento de angustia comenzaba a crecer en mi. Quizás era muy joven e inexperta para saberlo, pero ya nada me llamaba la atención: sólo quería dormir y mientras me sentía completamente vacía, fui encerrándome en mi misma.

depresion
Imagen: Pinterest.

¿Alguna vez has sentido que no tienes ganas de nada? ¿absolutamente nada? eso era lo que pasaba conmigo. Fueron mis padres quienes se percataron de mi situación y comenzaron a buscar ayuda psicológica para mi. Nunca quise visitar a un psicólogo y la idea de tomar pastillas me causaba repulsión, pero con una sola visita a su consultorio entendí qué me ocurría.

No quería verlo y hasta sentí verguenza por el simple hecho de buscar ayuda profesional, pero de no haber sido por un especialista, quizás no estaría donde estoy ahora. Él indagó lentamente en mis pensamientos y emociones, se tomó el tiempo para analizarme y después de un tiempo, me di cuenta que logró lo imposible: sanarme.

depresion
Imagen: Pinterest.

Claro que todo el crédito no puede ser sólo de él, pero con sus consejos la vida parecía un poco más colorida. “No te permitas encerrarte, busca sí o sí algo para hacer y ve todas las puestas de sol que puedas”, fueron las soluciones que más perduraron en mi mente.

Dejé de encerrarme como él me dijo: me obligué a llamar amigas, organizar salidas o panoramas y rara vez estaba sola. También busqué distintos intereses como correr, bailar, pintar y hasta coser. Pero lo que me constó entender fue la parte de observar las puestas de sol. ¿Cómo los atardeceres podían ayudarme a sanar mi depresión?

Es hasta ridículo imaginar que el sol podría ayudarme, pero de todas formas lo intenté. Subí al tejado de mi hogar y me senté un buen rato a esperar que cayera la noche. Sola, triste y aburrida, pude contemplar cómo esta luz impresionante bajaba por las montañas que tenía en frente. El cielo empezó a tener colores rosa, amarillos y naranjos mientras ante mis ojos, este espectáculo cobraba vida. Empecé a pensar en lo bello que se veía y mientras continuaba asombrándome, me di cuenta de algo: hay demasiada belleza en el mundo como para perdérsela.

¿Por qué seguir malgastando mi tiempo en emociones que duelen? una simple puesta de sol me ayudó a comprender que a pesar de todo lo malo que sentía en mi vida, hasta lo más simple puede sacar una sonrisa. Fue así como la próxima vez que me senté a observar otra puesta, mis amigas me acompañaron. Y cumplí con las órdenes del psicólogo: salí a un mirador para observarlo (no me encerré), llevé mi set de costura (busqué algo para hacer) y me dejé deslumbrar (ver la puesta de sol).

Comenzó a convertirse en un ritual y hasta el día de hoy la sigo viendo y ¿quieren saber lo más divertido de todo? no sólo se convirtió en un hábito, sino que ansiaba todo el día ese momento. Ya no me encerraba y pensaba en todas las situaciones desafortunadas por las que estaba pasando, sólo quería que llegase la tarde para asombrarme.

Si no hubiese sido por esa persona que me aconsejó algo extraño, quizás nunca me hubiese percatado que la vida está constantemente frente a nuestros ojos: el sol, los bosques, la lluvia, las risas, el otoño, el mar…. todo gratis para nosotros. Y fue así como logré salir adelante, con la ayuda de un extraño y el sol. Nunca temas ni sientas verguenza al momento de buscar apoyo porque créeme que podrás descubrir cosas que nunca antes te habías percatado. En mi caso, fue la existencia de la vida en sí.

No importa dónde vives porque si necesitas una consulta psicológica, no dudes en pedir una hora con nuestro psicólogo Mauricio Costa.

Por: Catalina Grez M.

Imagen: Pinterest.