“Cualquiera que me conozca sabe también que tengo un enorme gusto por lo dulce. Siempre lo he tenido. Mi amigo y compañero Andrew comparte mi angustia, y es que vivir en Hershey, Pensilvania – la “Capital del chocolate del mundo” – no nos ayuda. Pero, Andrew es más valiente que yo. El año pasado, renunció a los dulces para la Cuaresma. No puedo decir que este año estoy siguiendo sus pasos. Pero, si fuiste de aquellos que sí se abstuvieron de dulces este año, esto es lo que puedes esperar en los próximos 40 días.”. Con estas palabras, Jordan Gaines Lewis, Candidata a un Doctorado en Neurociencia en Penn State College of Medicine, relató en su página un experimento donde buscaba descubrir qué sucedía si suspendemos la ingesta de azúcar por un período de tiempo. Y, aunque Jordan no tuvo la voluntad de hacerlo,  junto a su amigo Andrew, que sí pudo hacerlo, llegaron a importantes conclusiones.

Si consideramos que un estadounidense promedio consume 22 cucharaditas de azúcar al día , lo que se traduce en 350 calorías extras. Más allá de que esto afecte un tema estético, hoy es casi imposible encontrarse con alimentos procesados, ​​y preparados que no contengan azúcares añadidos para dar un mejor sabor, preservación, o ambos. Muchas de nosotras desconocemos la presencia de estos azúcares añadidos, y sin saberlo nos hemos convertido en “dependientes”.

“Los primeros días son un poco ásperos,” me contó Andrew. “Se siente casi como si estuvieras desintoxicándote de las drogas. Me encontré comiendo un montón de carbohidratos para compensar la falta de azúcar “. Jordan señala que esto le sucede a Andrew porque hay cuatro componentes principales en la adicción: atracones, retiro, deseo, y sensibilización cruzada (una sustancia adictiva predispone a alguien a convertirse en adicto a otra). Esto, fue precisamente lo que llevó a su amigo a buscar con qué reemplazar la falta de azúcar.

Ya en el 2013, investigadores de la Universidad de Connecticut descubrieron que los productos ricos en azúcares y grasas podían llegar a ser tan adictivos como la cocaína o la heroína, porque su mecanismo de acción funciona de la misma forma en que lo hacen las drogas. Algunos especialistas, van más lejos y plantean que estos productos representan aún mayor peligro que las drogas, debido a su accesibilidad y asequibilidad.

La preocupación que existe por este tema es grande, y por lo mismo, investigadores se encuentran estudiando si los efectos a largo plazo de una dieta alta en azucares son reversibles, así de qué forma estas dietas podrían influir en el envejecimiento y la memoria.

“Recuerdo cuando pobre mi primer dulce y pensé que era hostigoso”, dijo. “Tuve que reconstruir mi tolerancia. Y como clientes habituales de una panadería local en Hershey – Les puedo asegurar, lectores, que precisamente he hecho eso”.

Ya sabes, si eres de aquellas que dependemos de al menos “una cosita dulce” al día, piensa que siempre puedes optar por cereales integrales, frutas o verduras frescas, o frutos secos, en vez de recurrir a los alimentos con azúcares refinados.

Y tú ¿Crees que podrías dejar el azúcar por un tiempo ?

Por Claudia Ansieta A.

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