Hace unos días, el Papa Francisco emitió un discurso relacionado a la familia y al perdón. Hoy lo quiero compartir con ustedes porque independiente de la religión que cada uno siga, me parece que el mensaje y su trasfondo son potentes y pueden servir de inspiración y motivación a muchas personas, ya que en ese afán del ser humano por buscar la perfección a veces nos olvidamos de que las equivocaciones están presentes en nuestro día a día y que en realidad esos errores no son lo más importante, si no lo que viene después de ellos:
”No existe familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta ni tenemos hijos perfectos.
Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos a los otros. Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón.
El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios.
Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón.
Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios.
El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente.
Es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa.
El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad”.
¿Qué les parece?
Por: Fernanda Urzúa M.
Foto de: www.proximaati.com
