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No sé si fue algo que dije o algo que hice.

El día después de Halloween el año 2011 estaba completamente destrozada. Sentía como si me hubieran arrancado el corazón del pecho. Una de las personas más importantes para mí ya no quería ser parte de mi vida. No, no fue un quiebre romántico. Era una de mis mejores amigas.

Estaba en la universidad y esta chica había sido una de mis mejores amigas desde el comienzo, cuando la conocí en mi dormitorio. Casi inmediatamente tuvimos una conexión especial y pronto pasábamos todo el tiempo juntas. Ese verano conduje durante 6 horas desde la pequeña ciudad donde vivía solo para visitarla. Me quedé con ella una fabulosa semana que estuvo llena de travesuras, amor y felicidad.

Poco sabía que unos años más tardes ella ya no sería parte de mi vida. No sé por qué o cómo pasó, pero sí sé el momento exacto. Una noche estábamos en una fiesta de Halloween juntas. Al día siguiente dejó de hablarme. No sé si fue algo que dije o algo que hice. Lo pensé tantas veces que mi cabeza comenzó a dar vueltas. ¿Era porque ella creía que le daba más importancia a mi novio que a ella? ¿Le dije algo que le molestó? Intentaba comprender y solo llegaba a teorías que nunca sería capaz de probar.

Aún peor: Ella no quería hablar al respecto. Todo lo que supe, a través de una amiga que teníamos en común, era que según ella “solo nos habíamos distanciado”.

Cuando pienso en el término “distanciadas”, nos imagino sentadas en dos canoas separadas en el océano, tomadas de las manos. Ambas nos soltamos y las olas lentamente nos separan. Una separación triste pero pacífica. Una separación mutua. En mi mente, no nos habíamos “alejado”. Ella había destrozado mi canoa con su remo, dejándome intentando balancearme en un pedazo de los restos de la canoa en medio del océano, estilo Titanic, y luego simplemente me había dejado.

Fue un quiebre entre amigas y fue peor que cualquier quiebre romántico que haya experimentado. Me sentía mal cuando la veía en el campus y, al mismo tiempo, sólo deseaba abrazarla y rogarle que me contara otra broma. Una y otra vez me decía a mi misma que era para mejor, pero la verdad era que no lo creía. Había perdido a mi mejor amiga y no comprendía por qué. Eventualmente, comencé a darme cuenta que quizás ella ya no quería ser mi amiga. Así de simple. Y esa es la razón por la que las rupturas entre amigos son mucho más duras que las rupturas románticas. Es mucho más difícil comprender las razones y mucho más doloroso aceptarlo.

No es porque quieran ver a otras personas o porque tú quieres tener hijos y ella no o porque te enamoraste de otra persona. Simplemente se debe a que una de las dos personas ya no siente una conexión importante. Lo han superado, incluso si tú no. Han pasado 3 años y medio y aun extraño a mi amiga, hasta el día de hoy. Aún me duele cuando pienso en ella, cuando veo fotos de ella o cuando escucho su nombre. Sin embargo, luego de un quiebre entre amigos, luego de haber intentado de todo para volver a estar con esa persona, te das cuenta de algo: No debiese tener que esforzarme tanto. Esta persona debiese querer ser mi amiga. No se supone que deba rogar.

Si estás pasando por un quiebre en tu amistad, sé cómo te sientes. Sin embargo, recuerda que simplemente la amistad no estaba destinada a durar. Hay muchas otras personas que harían cualquier cosa por tomar tu mano en este gran océano que es el mundo. No todas las amistades están diseñadas para durar y es difícil superar el hecho de perder a alguien cuando aún no estás lista para dejarlos ir, especialmente cuando no esperas tener que hacerlo. Pero lo superas, haces nuevos amigos y te quedas con todos los recuerdos de los momentos especiales que tuviste y los guardas en tu corazón.

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 Visto en Hello Giggles & Imágenes de We Heart It 

Traducido por Upsocl