El estudio muestra que cuando los hombres están bajo condiciones de estrés y se les pone a escoger entre mujeres de diferentes tallas y pesos, ellos tienden a decantarse por las formas más robustas, mientras que en situaciones más relajadas, escogen figuras más esbeltas. 

Según los científicos, esto sugeriría que nuestras preferencias no son innatas sino flexibles y que están condicionadas por el ambiente y nuestros recursos en cada momento.

Estos hallazgos coinciden con las teorías clásicas de la evolución que indicaban que en tiempos de incertidumbre, la figura delgada de una mujer trasnsmite fragilidad y problemas para la reproducción. Otra investigación realizada en la Universidad de Westminster había demostrado que en momentos de crisis (por ejemplo, una hambruna o sequía), ellos percibían a las más gruesas como las más atractivas.

Una parte de la investigación publicada en PLoS ONE transcurrió en Malasia y África, y demostró que en países pobres donde la escasez es la situación natural, la gente predfire a la hora de escoger a una potencial pareja, un cuerpo grande y robusto. “Cuando vives en un entorno donde la comida es escasa, un cuerpo con sobrepesado envía el mensaje de que hay grasas almacenadas para resistir situaciones adversas que puedan venir en el futuro, lo que supone un estatus social más alto. Dos cualidades muy atractivas en una pareja en circunstancias de crisis”, explica el autor a PLos ONE.

El moviemiento de la pobreza a la riqueza que se ha producido en Occidente, sobre todo en Reino Unidos y Estados Unidos, pudo haber cambiado estos patrones estéticos, dicen los autores.

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Fuente: Hoymujer.com