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El Festival del Limón es una parte importante de la tradición del pueblo de Upland en California. Lo que, originalmente, comenzó como una pequeña celebración de la industria de los cítricos en la ciudad, se ha convertido en la mayor festividad del lugar. Y es esta misma costumbre limonera, la que inspiró al chef Justin Smillie tanto en sus recetas como en la decoración de su restaurante ubicado en el sur de Miami.

El restaurante Upland se ubica en el denominado sector de SOFI de Miami (South of Five o al de sur de la quinta). Allá por donde casi desaparecen las Avenidas Collins y Ocean Drive. Con una decoración estilo pub inglés rodeada de limones y un menú que ofrece una variedad de entrantes, pizzas, platos principales y acompañamientos, éste es la segunda colaboración del chef Justin Smillie y Stephen Starr. Con una inspiración proveniente de sus raíces californianas y la cocina rústica, desde el 2016, Miami puede degustar las creaciones de este reconocido cocinero norteamericano.

Aunque el restaurante funciona principalmente durante la hora de la cena, desde hace un tiempo ofrece un interesante menú para brunch exclusivo sólo para los días sábado y domingos entre 10:30 a 3:00 pm. La propuesta de Upland, para este almuerzo tempranero, es diferente al clásico al all you can eat por un precio fijo que ofrece el común de los lugares. Aquí, por USD26 puedes tomar todo los Bloody Marys, Local Mimosas y/o el Rosé que gustes. Sin embargo, en cuanto a lo que comida se refiere, la idea es que puedas degustar platos exclusivos y diferentes del menú nocturno. Y fueron, precisamente, ésos los que probé ese día y de los cuales puedes leer mis recomendaciones a continuación.

Para empezar probamos las Wood-Roasted Beets (USD15), que como su nombre lo señala son remolachas amarillas y rojas cocidas a la leña y con un agregado de feta y cebollín. Y aunque no soy fanática de esta verdura y el plato se veía un poco triste, el resultado fue bastante inesperado. Al final, resultó ser muy interesante, con sabores mezcla de lo dulce de las betarragas, el salado de la vinagreta y la increíble textura del queso. Éste último parecía ser casi crema batida.

La segunda opción es la Little Gem Salad (USD18), una ensalada verde que incluye palta, pepino cortado muy fino y una vinagreta de nueces. Una mezcla fresca y sabrosa, ideal para el clima de Miami, con ese toque cítrico que tanto le gusta al chef de Upland. Sin embargo, lo que más me gustó de la preparación, y que no conocía, fue la Ricotta Salata. Éste es un queso italiano hecho de leche de oveja, que se prensa, se sala y envejece durante al menos 90 días. Con un color blanco lechoso y  una textura firme fue, sin duda, la guinda sobre la torta.

Pero, sin duda, el efecto WOW, lo obtuvieron los Eggs Norwegian (USD17). Dos huevos pochados sobre gruesas lonjas de salmón y un crujiente muffins fueron la delicia del almuerzo. Éstos, además, venian acompañados de una suave y, ligeramente, cítrica salsa holandesa meyer, la que en conjunto con la fuerza del ahumado del pescado llevaron a mi novio a decir que era uno de los mejores platos que había probado en su vida.

Los platos principales que más se destacaron fueron la Pizza Tartufo (USD29) y la Upland Cheeseburger (USD19). La primera es recomendable sólo para aquellos conocedores del sabor de las trufas negras, ya que éste puede ser un poco violento y amargo para algunos. Sin embargo, a mí me encantó sobre todo por la gran cantidad de Fontina que traía la preparación. Este último es un queso italiano que tiene un gustillo similar al de una nuez con miel, el que al mezclarse con el sabor del hongo produce una sensación muy gratificante.

Por su parte, la hamburguesa es uno de los platos más solicitados de Upland. Lo que hace diferente y atractiva a esta receta es que en vez de la clásica, simple y aburrida lechuga, ella incorpora una especie de pequeña ensalada de verdes con cebollín, además de palta y Peppadews (pimientos dulces cultivados en la provincia de Limpopo de Sudáfrica). El conjunto resultante es muy agradable al paladar. Ésta además me recordó a mi Chile, donde a todo se le coloca aguacate, Por último, las papas fritas que la acompañan estaban tan delgadas y crujientes que se convirtieron en la glotonería imparable del almuerzo.

Ya a estas alturas no queríamos comer más, pero no nos dejaron irnos sin probar los donuts hechos en casa (USD10), de los que tanto había escuchado yo. Al final aceptamos degustar sólo uno de las tres opciones que vienen en el plato. Y por razones obvias (el gusto del chef por el limón) decidimos probar uno que cuyo relleno era ricotta y adivinen… sí, limón!!! Sin embargo, para mí éste era lo que en Chile se conoce como berlín: un doughnut sin el hoyo. La masa estaba liviana y el relleno; esponjoso y con un sabor frutal cremoso muy apetecible. 

Sin dudar, un lugar muy agradable donde disfrutar de una comida adecuada para el clima de Miami. No es por nada california también es un estado con mucho sol.

Joanna Wurmann
Corresponsal Mujer y Punto Miami

http://uplandmiami.com/
49 Collins Ave. Miami Beach, FL 33139
305-602-9998