Desde pequeñas nos han enseñado que debemos cepillar nuestro pelo para que se vea sano y con brillo. No resulta difícil ver niñas que a su corta edad ya están peinando a sus muñecas, lo que evidencia que desde chicas comenzamos a preocuparnos por la belleza de nuestro pelo.
Por un lado es muy bueno oxigenar nuestras raíces capilares puesto que la irrigación ayuda a que no se caiga nuestro pelo y se fortalezca el bulbo piloso en donde va inserto cada cabello.
Pero ojo que no sea fuerte ni violento porque estaremos electrizando nuestro pelo, sobre todo si lo hacemos con un peine plástico. Esto es muy perjudicial, por lo que recomiendo un peine con dientes separados y de madera para evitar la indeseable estática.
Otro punto importantísimo es no tironear ni estirar cada hebra, puesto que harás que se te caiga más el cabello o puedes romperlo y generar muchas puntas partidas, así que ojo con el antiguo cepillado que nos recomendaba la abuelita:
puedes hacerlo, pero con delicadeza y un cepillo de madera y con mucho cariño!
