You are currently viewing Es hora de decir adiós y no mirar atrás

Ya no puedo seguir aferrándome a todo lo que me recuerda a mi relación pasada, por más que duela.

¡Hola! Espero que todos estén de maravilla. ¿Cómo les va? ¿Ya se cambiaron de casa? ¿Qué tal la vida? ¿Ya lograron todas sus metas?

Espero entiendan el motivo de mi carta. Espero me perdonen por no haber tenido el valor que requiere una buena despedida. Tengo tanto que agradecerles. Me enseñaron mucho más de la vida de lo que alguien puede imaginar, me enseñaron que se puede adoptar una familia y quererla igual de fuerte que a la propia.

Comenzaré dando las gracias por esos 4 años y medio, en los que me acogieron y arroparon como un miembro más. En ustedes encontré otra madre, muchas hermanas y otra abuelita. Incluso encontré otras mascotas. Y realmente los extraño.

Pero mi despedida era necesaria. Tal vez por el momento no comprendan por qué me alejé, pero puedo asegurarles que era lo correcto; necesitaba sanar y volver a empezar, necesitaba darme todo el tiempo y espacio para mí misma. Pero, sobre todas las cosas, necesitaba olvidar.

Que ustedes siguieran siendo parte de mi día a día solo me estancaba, y yo ya estaba lista para comenzar de nuevo; quería deshacerme de toda la carga que arrastraba y ustedes me detenían para no soltarla, luché con todas mis fuerzas para evitar que el momento llegara pero fue inevitable y tuve que hacerlo. Tuve que dejarlo todo, tuve que dejarlos a ustedes y eso me destrozó, pero al mismo tiempo fue lo más liberador.

Ahora que estoy lista puedo explicarles el por qué. Sé que nada justifica la manera en que hice las cosas. Ustedes se merecían más que un simple adiós, pero no lo dije. Solo desaparecí, sin más ni más me aleje y sé que eso los lastimó.

Espero que entiendan que lloré muchísimos días y tuve mil noches de insomnio. Espero que entiendan que nada me consolaba, que mi única vida estaba reducida a un buen libro, que más que reconfortarme solo gastaba todas mis energías. Espero que entiendan que estaba presente en muchos sitios, pero realmente no estaba.

Sí, mi vida estaba destrozada y mi corazón tan roto que invertí muchísimo tiempo en recolectar cada uno de esos pedazos para volver a sanarlo. Si ustedes estaban en mi vida solo me hacían recordarlo, recordar el dolor, recordar los buenos momentos que pasé junto a todos ustedes, de los que ya no era parte. Aunque no haya sido mi elección, perdón por todas esas invitaciones que rechacé, pero simplemente no podía volver a su casa. No podía fingir que estaba bien, porque no era así. Estar con ustedes me dejaba más que claro que ya no era parte de su familia, no importaba lo que hicieran, alguien ya me había relegado al papel de la ex, y otra persona era quien debía recibir el cariño que yo estaba tomando aún.

Ahora las cosas son diferentes. Tengo que decirles que he vuelto a sonreír, que la vida es mucho más fácil, y que siento que nada puede detenerme. Ahora experimento cierto tipo de felicidad que tiempo no visitaba mi vida. Realmente disfruto la soledad, ahora estoy bien y sé que a ustedes les gustaría saberlo.

No pretendo volver a ser parte de ustedes, aunque no tuvieron culpa. Sé que si decidiera regresar me recibirían con el mismo cariño de siempre, pero las cosas cambiaron. Yo misma he cambiado, ya no soy aquella muchachilla que conocieron, y perderlos a ustedes fue un riesgo que decidí tomar, porque al dejarme él, también su familia debía hacerlo, aunque me sujetara con todas mis fuerzas.

Les deseo una hermosa vida. Con mucho amor…

Texto de Roxana Franco para www.upsocl.com

 Foto: We Heart it