Tengo la suerte de poder hacer clases de sexualidad a niños de sexto y séptimo básicos.
Me llama mucho la atención que las mamás de hoy nos sentimos totalmente diferentes a las generaciones pasadas. Somos modernas y abiertas.
Pero les tengo una mala noticia. En lo que se refiere a educación sexual, seguimos bajo los mismos matices y patrones.
Hoy, según mi visión, un papá gasta mucho tiempo en hablar de fútbol con su hijo, es más, incluso en enseñarle a cambiar una rueda, sin embargo no le hablará de sexualidad. Dejará esa tarea a la mamá, colegio o amigos.
Las mamás pensamos que somos amigas de nuestras hijas, vamos hacernos las manos juntas y compramos ropa. Pero cuando llega el momento de hablar, vuelve a ser tarea del colegio. Tenemos que empezar hablar del espacio íntimo el cual es un derecho de cada joven y este no puede ser traspasado por nadie si él o ella no lo permiten.
Mientras a más niños les enseñemos que su cuerpo es único e irreemplazable, lograremos que ellos lo conozcan. Los hombres nacen mirándose sus genitales al contrario de las mujeres y todavía seguimos escuchando, vaya a lavarse el potito de adelante y el potito de atrás.
El cuerpo es precioso y va teniendo cambios importantes, no tiene nada de malo que tanto niños como niñas, tengan sus espacios y puedan ver, tocar y conocerse, es la única manera que lograremos que el día de mañana la sexualidad sea algo sano, lindo y placentero.
No tengamos susto a temas como la masturbación, es parte del crecimiento de nuestros hijos. Recomiendo 100 que a las niñitas no le mostremos estos temas como algo cochino o prohibido, el cuerpo es un regalo y no tiene nada de malo que lo conozcan.
Los tiempos cambiaron. Los niños tienen que saber lo que le pasa al otro. No es solo responsabilidad del hombre llevar su condón, las mujeres también tienen que hacerlo, es más, está comprobado que si una mujer lo lleva este será utilizado.
Y los hombres nada de “tú te cuidas con pastillas por lo tanto es tu responsabilidad”, tienen que saber que las mujeres tienen un ciclo y ellos tienen que informarse en qué consiste.
Como podemos ver, hay mucho por hacer. Queremos nuevas generaciones más sanas, empecemos hacer el trabajo y a poner estos temas sobre la mesa, busquemos los espacios con nuestros hijos en forma natural, solo así lograremos el día de mañana jóvenes más informados capaces de decir un no cuando el medio lo lleva a un sí. Y lo que más me gusta, con una identidad sexual única e irreemplazable.
Nadie nos dijo que era fácil, pero vale la pena, animo chiquillas.
Francisca Buzeta
