You are currently viewing El impactante testimonio de una ex esclava sexual del estado islámico

Una pesadilla que cuesta creer sea real. Un testimonio difícil de leer y procesar, que nos da rabia, angustia, tristeza y mucha impotencia de solo pensar que probablemente hay muchas mujeres viviendo el calvario por el que tuvo que pasar Nadia, una ex esclava sexual del Estado Islámico que fue violada por 12 hombres. 

Ella decidió hablar y contarle al mundo lo que tuvo que vivir luego de que en 2014 el Estado Islámico tomara el control de Kocho, un pequeño pueblo al norte de Irak, en donde se masacró a casi toda la población y a los que no, como niños y jóvenes, se les secuestró para “darles algún uso”, como si fueran cosas.

La pesadilla de Nadia

Desde ese día, la vida de Nadia Murad (19 años) cambió para siempre. La vida en nuestra aldea era muy simple. La gente no vivía en palacios, nuestras casas eran simples, hechas de barro. Nuestra vida era muy, muy feliz antes de que esto sucediera”, contó ella misma a BBC Mundo.

Ese día de agosto de 2014 Nadia caminaba junto a su hermana por las calles de KOCHO, cuando los extremistas entraron a su villa: “Los reconocí. Este es el mismo grupo que cometieron los crímenes en TV. De pronto los combatientes estaban en todas partes. En las casas, las calles, eran muchos. Algunos llevaban máscaras, otros no. Todos hablaban diferentes idiomas, contó en una entrevista a la Revista Time.

Luego continúa, “Se llevaron a los niños mayores de cuatro años a campamentos de entrenamiento. Luego, se llevaron las niñas mayores de nueve años. Después se llevaron unas 80 mujeres, todas mayores de 45, incluyendo mi madre. Unos dicen que las mataron, otros que no. Sin embargo, cuando parte de Sinjar (cerca de Kocho) fue liberada, se encontró una fosa común con sus cuerpos“, agregó.

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Nadia fue considerada como una joven hermosa y deseable, lo que le costó la peor experiencia de su vida. Fue llevada junto a otras mujeres calificadas de la misma forma hasta la ciudad de Mosul, en donde fueron vendidas como esclavas y entregadas a los extremistas islámicos para que abusaran de ellas.

Todas las mañanas eran obligadas a arreglarse y ponerse bellas para ser fotografiadas. Esas mismas imágenes eran exhibidas e las paredes de la Corte de Sharia junto al número telefónico del combatiente que las poseía y a quien además, se le permitía intercambiarlas entre si.

Ante esto, Nadia contó que algunas mujeres buscaban formas para verse lo menos atractivas posible. Se cortaban todo el cabello o esparcían ácido de baterías en su rostro. Todo fue en vano pues ninguna logró librarse de los abusos, incluso algunas decidieron terminar con su vida. “Yo no quería matarme, pero sí quería que ellos me mataran”, confesó Nadia.

Llegó el día en que uno de los extremistas la eligió y entonces ella cuenta: “Levanté mi cabeza y lo miré, era enorme, y comencé a gritar. El sujeto tenía cabello y barba larga. Me arrastró por el suelo, yo estaba aferrada a mis sobrinas, que también estaban siendo ofrecidas. Nos golpearon con palos mientras nos sujetábamos. Él me tomó por la fuerza y me arrastró”, asegura.

Cuando iba saliendo, divisó a otro extremista más pequeño que se llevaba a otro esclava y se arrastró a sus pies: Libérame de este gigante, tómame para ti y haré lo que quieras, recordó. El hombre decidió llevarla para él.

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Esto recién comenzaba

Según Nadia describe, el tipo era delgado, con el pelo largo, barba recortada y dientes que salían de su boca. Él estaba casado y tenía una hija.  A los pocos días, la mujer y la niña salieron de la casa y él aprovechó para abusar de Nadia.

Un día me forzó a vestirme para él y ponerme maquillaje. Lo hice, y esa noche negra, él lo hizo. Esa noche me golpeó, me obligó a desnudarme y me puso en una habitación con seis militantes. Ellos continuaron cometiendo delitos contra mi cuerpo hasta que quedé inconsciente. El disparaba al cielo como signo de felicidad por lo que había hecho. Todos los miembros de ISIS tienen el mismo comportamiento y nos trataban con el mismo nivel, pero éste que me llevó me dijo que era un hombre muy, muy malo. Me sometieron a muchas cosas malas, en total 12 hombres me violaron”, aseguró en una visita reciente a Escocia, donde conoció al primer ministro Nicola Sturgeon.

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Se asomó la esperanza

Tras dos meses desde su captura, en noviembre del 2014, Nadia logró escapar luego de que su captor olvidara cerrar la puerta con llave mientras salía a comprarle ropa para una nueva ola de abusos.

“–Luego de escapar- Golpeé en una casa, una familia musulmana que no estaba conectada con el Estado Islámico vivía ahí y les pedí ayuda. Les dije que mi hermano les daría lo que quisieran a cambio. Me dieron un abaya (velo) negro y un documento de identidad islámico y me llevaron hasta la frontera”, dijo a BBC.

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Fue allí donde se dirigió hasta un campamento de refugiados y luego trasladada a Alemania. Una vez libre, se decidió a contar su historia y desde entonces se convirtió en una  activista que lucha contra los horrores del Estado Islámico.

La joven ha viajado por toda Europa y se ha presentado frente a diversos parlamentos, además de la ONU, para crear consciencia sobre lo que sufren las mujeres yihaditas. La abogada de Derechos Humanos Amal Clooney (esposa del actor George Clooney), se ha trasformado en su compañera en esta lucha y hoy es la encargada de representarla legalmente.

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“Sabemos que hay violaciones sistemáticas, y que todavía están ocurriendo. Sin embargo, nadie está siendo obligado a rendir cuentas. Es hora de que veamos a los comandantes del Estado Islámico en el banquillo de La Haya, y me honra haber sido invitada a representar a Nadia y a la comunidad Yazidi en su búsqueda de responsabilidad legal”, sostuvo la abogada.

Hoy se estima, según cifras de la ONU, que cerca de 3.200 yazidíes siguen estando bajo control del Estado Islámico y que todas las mujeres que han logrado sobrevivir, son utilizadas como esclavas sexuales.

Al leer este relato, francamente parece mentira. Cuesta creer que en el mundo ocurran hechos como éstos y que no exista ni una pizca de arrepentimiento. Muy por el contrario, son hombres que se jactan de su dominación y sometimiento hacia las mujeres. Ayúdanos a compartir y a crear consciencia sobre esta terrible y triste realidad que muchas mujeres están sufriendo hoy. 

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Por: Fernanda Urzúa M.

Fotos de: AFP