You are currently viewing Jattö ofrece una experiencia gastronómica difícil de olvidar

Por Joanna Wurmann 

Jattö es uno de esos restaurantes difíciles de definir. Su mezcla de ingredientes y preparaciones lo coloca dentro de la categoría de fusión, pero este término dice mucho y poco a la vez, por lo que a mí no me convence en esta ocasión. Este lugar es mucho más que una antojadiza mezcla de culturas, si no que más bien sus creadores han redefinido algunos platillos internacionalmente conocidos, como el caso de las Patatas Bravas, a las que además le han agregado una espuma semi picante de ajo, elevando este plato a otra dimensión. Se dice que las “etiquetas” están sobrevaloradas y que en muchos casos son innecesarias. Y creo que este restaurante necesita más de una etiqueta para clasificarse. Para mí, Jattö es una de esas gemas escondidas que sorprende con cada propuesta y cada ejecución, sus platillos están bien logrados y diría que son un buen reflejo de Miami: un crisol de culturas que han aprendido a amalgamarse creando un producto entretenido, asombroso y muy acogedor.

Ubicado en Wynwood, Jattö (Donde antes se ubicaba Alter el restaurante que puso a Brad Kilgore en el mapa), cuenta con una bella terraza construida alrededor de un gran y llamativo bar y un comedor principal que destaca por su simpleza e iluminación cálida y acogedora. Escapándose de la tendencia oscura de moda entre los restaurantes (que no es muy agradable), el gigante cuadrillé de luces led crea un entretenido foco de atención en un diseño sencillo, pero funcional. El único detalle que me pareció que no “corresponde” en este lugar es el mural verde cafesoso de la muralla principal. Con el respeto que me merece su creador, creo que esos colores no son los mejores para acompañar una experiencia culinaria de esta envergadura y un menú ecléctico de combinaciones sorprendentes.

Ya desde la rápida mirada a la carta, así como después de los primeros sorbos de nuestros cócteles, comprendimos que cada plato sería una experiencia de sabores únicos y agradables sorpresas. Comenzamos con el Shiso Horny (USD15), una mezcla de Vodka de Pera Grey Goose, shiso, calamansi y pepino que deja un gusto dulce/ácido en el paladar y el Sandia Mezcal-Rita (USD15) cuyo sabor ahumado del mezcal se entreteje con la sandía y el hibisco, dejando un leve picante al escurrir por la garganta.

Dentro de los platos que probamos y que deben ser agregados a tu listado cuando visites Jattö, está el Black Grouper Ceviche (USD26). Con grandes trozos de pescado, media palta y una leche de tigre mezclada con palta, esta preparación nos sorprendió no sólo por la consistencia de la salsa, sino que además la costra de castañas de cajú y habanero que cubría bellamente el plato le otorgaba un sabor y una textura muy diferente y deliciosa.

Luego degustamos el Magic City Mushroom (USD16), inmersos en una crema Tom Kha (sopa a base de leche de coco) y cubiertos con una ensalada de hierbas y ajo crujiente, nos dejó con la boca abierta con su belleza. Cucharada tras cucharada disfrutamos descubriendo esta mezcla de sabores más bien dulces y las diferentes texturas de los ingredientes.

Otro imperdible de la carta es el pan (USD6). Yo sé que a muchos les molestará el tener que pagar por éste, pero en este caso debe ser considerado como una experiencia más (y no una excusa para mantenerte ocupado mientras esperas la comida), ya que proviene de Sullivan Street Bakery y viene acompañado de una bolita de mantequilla mezclada con café cubano, que el mismo Chef Constantin me confidenció era una idea de su abuela. El resultado es una mezcla de extraño/deliciosa que deleitará tu paladar.

Jattö, un juego del término peruano jato, que significa “hogar”, te invita a compartir los platos con tus acompañantes. Algo así como el estilo tapas de los españoles, pero con preparaciones más abundantes como Steak Au Poivre (USD130) que está pensado para tres personas que trae 24oz de Prime Ribe eye, una espuma de puré de papas y una cubierta de chimichurri. A pesar de que la carne estaba en su punto, ésta se vio completamente opacada por el delicioso puré, cuya mezcla dejaba sentir la pureza del tubérculo y la suavidad de la mantequilla batidas, creando un batido que se sintió como comer una nube y cuyo toque final lo daban unos palitos de papas fritas… Todo muy argentino.

Por último, no olvides probar las Patatas Bravas ni la Panaccota

Con una carta muy excéntrica y platillos originales, los chefs Henry Hané, (B Bistro + Bakery) y Aleric Constantin han creado un lugar perfecto para quienes desean probar cosas nuevas y experimentar con nuevas mezclas de sabores ya conocidos. Aun cuando muchos preferirán las recetas más tradicionales, en Jattö tendrán la posibilidad de agregar nuevas paletas de sabores a sus clásicas preparaciones. Y les aseguro que no se arrepentirán porque la innovación es buena de vez en cuando y como dijo Humphrey Bogart en Casablanca “No te quedes en el pasado, Nena”

Joanna Wurmann, Corresponsal Miami, Mujer y Punto.
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