You are currently viewing Kamal, la mejor comida árabe casera en tu oficina o en tus celebraciones

El secreto es “cocinar como para mis hijos”. Lo dice Verónica Jamasmie, cocinera emprendedora, que tras estar toda la vida preparando rellenos para su familia, decidió vender por encargo.  “A la gente le gusta porque es rico, diferente y barato”, asegura.

Partió casi por azar. Sus amigos más cercanos sabían de su ascendencia árabe y a menudo le pedían que los invitara a almorzar. “Esos niños envueltos se ven tan ricos”, le decían. Y ella les explicaba que  no eran niños envueltos, que eran rellenos en hojas de repollo (malfoof) y de parra (uarac dauali ). Que lo más grande que se veía en las fotos que compartía en Facebook eran zapallos italianos, berenjenas y papas. Y que la “carne con una pasta amarilla” no era crudo con mostaza, si no que Kubbe con hummus.

Siempre le decían que debería venderlos, que a todo el mundo le gustaría. Y como por juego, ella aceptó,  bautizó el emprendimiento como Kamal, (el nombre de su padre) y ofreció por Facebook.  “Para probar, para no quedarme con la espinita de la duda”, cuenta. Poco a poco, el boca en boca la hizo ir recibiendo nuevos pedidos. No tiene un restaurant ni nada parecido. Sólo prepara por encargo y los lleva personalmente hasta el metro más cercano del cliente. El secreto es “cocinar como para mis hijos, con la misma calidad. Yo preparo la comida pensando en cómo me gustaría a mí. Y por eso creo que tiene tanta aceptación”, opina.

Hojas de parra repollos, hummus,  zapallos italianos, berenjenas, papas, ajíes y kubbe son su fuerte. Pero también ha preparado por solicitud de los amigos, mazarines y falafel. Sus principales clientes son oficinistas, que se organizan para hacerle un pedido entre varios y compartir. Y también quienes le piden comida para festejos familiares o laborales. “A la gente le gusta porque es rico, diferente y barato”, asegura.

La lista de precio y el número de contacto se puede encontrar en su página de Facebook

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