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El fútbol debería ser considerado por las Isapres como terapia psicológica y pensado seriamente por los gobiernos como LA solución para aumentar la natalidad. ¡Qué cucharita por el frío ni “calentura” veraniega! ¡Una sola pelota frente a veintidós hombres y la población se multiplica como los Gremlins en aluvión!

Y es que luego de las cervezas compartidas y el chauvinismo colectivo (ayer por “cara de libro” algunos asociaban el triunfo sobre Perú con el Huáscar, sólo como ejemplo) lo verdaderamente entretenido es el clásico tercer tiempo. Y no hablo de la segunda patita del monumental asado dieciochero para seguir festejando, sino de aquellos penales que llegan a cobrarse en el catre lo quiera una o no, libres de toda tarjeta y donde una excusa puede significar el verdadero exilio por insultar a la patria. (Olvídate de no dirigirte al país en una ocasión tan especial. ¡Cero compromiso con la chilenidad!)

Eso sí, no siempre todo resulta tan afinado como el bombo de la roja. Hay  “vuvuzelas” y “vuvuzelas”.  Las que están tan emocionadas que relatan el partido (“voy entrando en el área chica”, “se viene de costado, rápidamente bajando y gooooool”) los que tienen calambres en la mitad del partido “cachero” (suelen ser los más “cancheros”) los fauleros físicos y los fauleros psicológicos (“vamos, muévete y la “$#”%”&/”/”&%”$#… Sí, a algunas las excita) y  -era que no- los que le echan culpa al árbitro (en este caso el sentido común) a cualquier falla ocurrida en el encuentro. (“Tú sabes que siempre soy un potro, no sé qué pasó. Lo dejé todo en la otra cancha) Hm… Sí, claro.

En fin. Sea cuál sea la “vuvuzela” que toque/derribe nuestra puerta, lo cierto es que pareciera que gritar “viva Chile” en estas ocasiones fuese tan importante como darse el beso de la suerte en anillo nuevo o incluso votar. Al otro día todos sonríen en las mañanas, las pololas encuentran bonitas a las ex del pololo e incluso en hora pic el metro parece el evento social más top del año. ¡Jarana al cuadrado!

Sí, el fútbol propicia el apareamiento y hace salir nuestros alter egos liberados, fenómeno que se puede ver sobre todo en las “futboleras oportunistas”, aquella mujer que durante el año con suerte sabe el nombre de tres equipos de la liga, pero es la primera en mandarse un rosario ante una falta y comenzar un debate sin fondo sobre su “garra”. (Claramente lo que quiere es llenar otro fondo, pero en fin)

Pasión de multitudes y orgasmos múltiples, la magia del fútbol. Una pelota que representa a tantas otras, el sueño del pibe y la inherencia femenina de tener al pibe de las bolas. Un verdadero análisis sociológico de la humanidad.

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Carla Stagno Gray: Periodista y guionista. Ha trabajado en medios escritos y de televisión, donde condujo y realizó la producción periodística para programas de corte cultural y turismo. Hace dos años que se dedica principalmente a escribir guiones, destacando su trabajo en las teleseries “Los Ángeles de Estela” y “40 y Tantos”, ambas de Televisión Nacional de Chile.

Twitter: @carlaguionista